Adam Sandler, más conocido por su larga lista de títulos cómicos muy populares, estaba inicialmente aterrorizado de arruinar Punch-Drunk Love. La extravagante comedia llegó en 2002 como continuación de Magnolia, del aclamado cineasta Paul Thomas Anderson, nominada a varios Oscars.
En el momento de su estreno, Anderson era uno de los nombres más importantes de la nueva generación de cineastas influyentes de Hollywood. Junto a cineastas de la talla de Quentin Tarantino y Spike Jonze, el trabajo de Anderson se volvía más audaz y sofisticado con cada película que realizaba. Cuando se estrenó Punch-Drunk Love, el público no sabía muy bien qué esperar. Por un lado, el emparejamiento de Sandler y Anderson representaba definitivamente una desviación de las normas establecidas de ambos hombres. Sandler era conocido sobre todo por su trabajo anterior en SNL y por un puñado de comedias subidas de tono que se convertirían en su estilo característico durante un tiempo. Nadie le había visto interpretar algo remotamente parecido a Barry Egan, su personaje en Punch Drunk Love. Cambiando entre la ternura y la violencia, Egan lucha por encontrar alivio a sus propios problemas de salud mental y a sus hermanas acosadoras ante una nueva e inesperada relación romántica.
Sin embargo, tal y como contó Sandler en el podcast SmartLess (vía Collider), parece que el público no fue el único que inicialmente pensó que era extraño ver a Sandler en una película de Anderson. Durante la entrevista, Sandler reveló que una vez que se enteró de quién era Anderson, se aterrorizó de que fuera a arruinar la producción del talentoso cineasta. A pesar de que Anderson era un fan de Sandler y había hecho el esfuerzo de preguntarle personalmente si podía escribir una película para él, las dudas de Sandler se apoderaron de él después de haber visto Magnolia:
«Paul fue muy amable, y me dijo: ‘Oye, me encantó Billy Madison’. Y yo dije: ‘Vale, gracias’, pero no sabía quién era. Pero entonces, sinceramente, eran como las 11 de la mañana y no tenía nada que hacer, y salió Magnolia, y dije: ‘Creo que es la película de ese niño. Voy a ir a verla’. Se agotaron las entradas, y yo estaba en la primera fila, y estaba mirando hacia arriba, y yo estaba jodidamente aterrorizado, y yo iba, ‘Oh este tipo es jodidamente mejor que yo. No quiero estar en esto. ¡Voy a arruinar su película!