A lo largo de los siglos, el ajo ha sido tanto vilipendiado como venerado por sus cualidades. Hoy en día, las habladurías sobre el ajo y su aparente potencial para prevenir enfermedades han alcanzado un tono febril. Para los amantes del ajo, eso es una buena noticia; añadir ajo a los platos puede potenciar el sabor.
Cuando se trata de perder peso, el ajo parece ser un alimento milagroso. Contiene el compuesto alicina, que tiene efectos antibacterianos y ayuda a reducir las grasas no saludables y el colesterol.
Una vez que se aprende a apreciar su picor, casi todo sabe mejor con ajo. Y una vez que conozca sus posibles beneficios para la salud, es posible que aprenda a amarlo.
Beneficios para la salud
La lista de beneficios para la salud parece crecer y crecer. Desde la prevención de las enfermedades cardíacas y el cáncer hasta la lucha contra las infecciones, los investigadores están encontrando resultados alentadores con el ajo. Detrás de todas las grandiosas afirmaciones se encuentran los compuestos que dan al ajo su penetrante sabor. Los principales «ingredientes» beneficiosos para la salud son la alicina y el sulfuro de dialilo, compuestos que contienen azufre. Aunque la alicina se destruye al cocinarla, otros compuestos útiles se forman con el calor o no se destruyen con él. Esto permite que el ajo cocinado le dé un impulso a su salud. El ajo también contiene los potentes antioxidantes C y E, y el mineral selenio.
Se ha descubierto que el ajo reduce los niveles de colesterol LDL, el «malo», y aumenta el colesterol HDL, el «bueno» a corto plazo. Sus efectos duran unos tres meses si se toma a diario. También puede ayudar a disolver los coágulos que pueden provocar infartos y derrames cerebrales. Incluso cocinado, el ajo ayuda a evitar que el colesterol del torrente sanguíneo se oxide y dañe el revestimiento de los vasos sanguíneos, lo que ayuda a prevenir la formación de placa.
También se ha descubierto que el ajo inhibe el crecimiento, o incluso mata, varios tipos de bacterias, entre ellas el estafilococo y la salmonela, así como muchos hongos y levaduras. Los estudios en animales han descubierto que el ajo ayuda a prevenir el cáncer de colon, pulmón y esófago. ¿Cuánto es suficiente? Los investigadores sugieren que se puede disfrutar de los beneficios del ajo todos los días comiendo un diente típico de 3 gramos.
Selección y almacenamiento
La mayoría de las variedades de ajo tienen el mismo olor acre y picante característico. El ajo de piel rosada tiene un sabor un poco más dulce y se conserva más tiempo que el ajo blanco. El ajo elefante, una variedad de dientes grandes, tiene un sabor más suave que el ajo normal y debe utilizarse como un puerro. Pero la mayoría de las variedades pueden usarse indistintamente en las recetas.
Elija ajo suelto si puede encontrarlo. Es más fácil comprobar la calidad de lo que se obtiene que con los que se esconden tras el celofán. Su aspecto puede darte una pista sobre su frescura; las pieles blancas como el papel son tu mejor opción. A continuación, coja el ajo; elija una cabeza que esté firme al tacto y que no tenga manchas visibles de humedad o de color marrón.
No espere que el sabor del ajo en polvo imite al del ajo fresco. Gran parte del sabor se procesa. El ajo en polvo, sin embargo, puede conservar algunos componentes activos. La sal de ajo, por supuesto, contiene grandes cantidades de sodio, hasta 900 miligramos por cucharadita, así que evite su uso.
Guarde el ajo en un lugar fresco, oscuro y seco. Si no lo usas regularmente, revísalo de vez en cuando para asegurarte de que es utilizable. El ajo puede durar sólo unas semanas o unos meses. Si uno o dos dientes se han estropeado, retíralos, pero no cortes los dientes restantes; cualquier pinchazo en la piel acelerará la desaparición de lo que queda. Si el ajo empieza a brotar, todavía se puede utilizar, pero puede tener un sabor más suave, sólo hay que eliminar el brote verde y duro.
Consejos de preparación y servicio
El ajo exprimido a través de una prensa de ajos es diez veces más fuerte en sabor que el ajo picado con un cuchillo, así que use ajo prensado cuando quiera que el sabor sea pleno; use picado cuando quiera reducirlo; y para un sabor mantecoso, hornee los dientes enteros hasta que estén tiernos. Cuanto más tiempo se cocine el ajo, más suave será su sabor.
Para dar un toque delicado de ajo a las ensaladas, frote el fondo de la ensaladera con un diente cortado antes de añadir las verduras. Para obtener más sabor, añada ajo fresco machacado a la ensalada.
Puede hacer su propia versión de pan de ajo sin grasa calentando una barra de pan, frotando el interior con un diente de ajo fresco cortado y luego tostando la barra bajo la parrilla. Obtendrá un aperitivo de ajo sin toda la grasa.
Mastique perejil fresco, menta fresca o cáscara de cítricos para neutralizar el penetrante aroma que el ajo deja en su aliento, una queja común entre los amantes del ajo. Esto no funciona para todo el mundo, pero podría ayudarte.
Para aprovechar los beneficios de los compuestos curativos del ajo, córtalo o tritúralo y déjalo reposar al aire durante unos 10 minutos antes de utilizarlo. El ajo machacado necesita tiempo para interactuar con el oxígeno y formar las sustancias beneficiosas.
Cualquier forma de ajo ofrece a los que hacen dieta muchos beneficios. Si disfruta del sabor del ajo, utilícelo abundantemente en su comida. El ajo es excelente para su salud.