ALMUG o ALGUM
al’-gum, (‘algummim (2 Crónicas 2:8; 9:10 f); (‘almuggim, 1 Reyes 10:11 f)):
Generalmente se supone que estos dos nombres se refieren a una clase de árbol, las consonantes están transpuestas como no es raro en las palabras semíticas. Salomón envió a Hiram, rey de Tiro, diciendo: «Envíame también cedros, abetos y álamos del Líbano» (2 Crónicas 2:8). En 1 Reyes 10:11 se dice que la armada de Hiram «que traía oro de Ofir, trajo de Ofir gran cantidad de almugares y piedras preciosas». En el pasaje paralelo de 2 Crónicas 9:10 se dice que se trajeron «árboles de álgum y piedras preciosas». De esta madera «el rey hizo …. pilares para la casa de Yahvé, y para la casa del rey, arpas también y salterios para los cantores:
no hubo tales almug-árboles, ni se vieron, hasta hoy» (1 Reyes 10:12). La madera era evidentemente muy preciada y aparentemente provenía de Asia oriental -a menos que supongamos por 2 Crónicas 2:8 que realmente crecía en el Líbano, lo cual es muy improbable-; era evidentemente una madera fina y de grano cerrado, adecuada para la talla. La tradición dice que se trata de la famosa madera de sándalo, que en la antigüedad se utilizaba para usos similares en la India y que a lo largo de los siglos fue muy apreciada por su color, fragancia, durabilidad y textura. Es la madera de un árbol, Pterocar pussantalinus (N.D. Santalaceae), que crece hasta una altura de 25 a 30 pies; es nativo de las montañas de Malabar.
E. W. G. Masterman