Amígdalas y Adenoides

Las amígdalas y los adenoides son parte del sistema linfático y sirven como defensores del sistema inmunológico, la protección de su cuerpo mediante la prevención de los gérmenes y bacterias que entran por la boca y la nariz. En ocasiones, desarrollan problemas por sí mismos, requiriendo la atención de un otorrinolaringólogo.

Amigdalitis

La amigdalitis es una inflamación de las amígdalas que provoca hinchazón, dolor de garganta y dificultad para tragar. Suele ser el resultado de una infección vírica o bacteriana y suele afectar a los niños con más frecuencia que a cualquier otro grupo de edad.

Síntomas & Causas

Las amígdalas -tejidos que sirven para atrapar gérmenes y bacterias y prevenir infecciones- están situadas en la parte posterior de la garganta. Su constante exposición a los gérmenes las hace susceptibles a las infecciones. Después de la pubertad, su función de defensa del sistema inmunitario disminuye considerablemente; por ello, las infecciones de amígdalas son mucho más frecuentes en los niños que en los adultos.

La amigdalitis es el nombre que recibe una infección de amígdalas, hinchazón e inflamación de las amígdalas causada por virus, bacterias, alergias o trastornos de las vías respiratorias superiores. Además de las amígdalas rojas e hinchadas, los síntomas incluyen manchas blancas o amarillas en las amígdalas, dolor de garganta, dificultad para tragar, fiebre, sensibilidad en los ganglios linfáticos, mal aliento, dolor de cabeza y rigidez de cuello. Los niños más pequeños pueden estar más irritables, babear en exceso y negarse a comer.

Debido a que la bacteria estreptococo es una causa frecuente de amigdalitis, los médicos suelen realizar pruebas de detección de faringitis estreptocócica cuando se diagnostica a un paciente una infección de amígdalas.

Tratamiento

El tratamiento de la amigdalitis depende de si ha sido causada por un virus o una bacteria. Si la infección es vírica, debería desaparecer en una semana o diez días, y los remedios caseros deberían funcionar. Asegúrate de descansar mucho y de beber mucho líquido, especialmente líquidos calientes como caldo o té con miel).

Para aliviar la garganta, haz gárgaras con agua salada tibia varias veces al día, come golosinas frías como paletas y chupa pastillas para la tos. Evita el humo del tabaco y otros irritantes. Si el responsable es una infección bacteriana como la faringitis estreptocócica, se administrarán antibióticos.

El médico puede recomendar la extirpación quirúrgica de las amígdalas (amigdalectomía) si la afección se repite con frecuencia.

Adenoiditis

Probablemente conozcas la amigdalitis, una infección de las amígdalas causada por virus y bacterias, pero ¿sabías que tus adenoides también pueden infectarse? Tus adenoides son un par de masas de tejido blando situadas detrás de la nariz y el techo de la boca que atrapan los gérmenes y crean anticuerpos que ayudan al sistema inmunitario a combatir las infecciones.

Como las adenoides desempeñan un papel tan importante en la protección, a menudo entran en contacto con gérmenes y se infectan. Esta condición se conoce como adenoiditis.

Causas

Las infecciones de adenoides suelen afectar a los niños, pero son casi inéditas en los adultos; esto se debe a que los tejidos comienzan a encogerse alrededor de los 5 o 6 años, y desaparecen por completo en la mayoría de las personas al llegar a la adolescencia.

Casi cualquier virus o bacteria puede causar una infección de las adenoides.

Síntomas

Las adenoides agrandadas pueden bloquear el flujo de aire a través de la nariz, lo que puede provocar respiración por la boca, ronquidos y sequedad y dolor de garganta. También puede producirse una secreción amarilla o verde por la nariz. Además de las adenoides hinchadas, las adenoides infectadas pueden provocar infecciones del oído medio, sinusitis y una infección en el pecho.

Tratamientos

Debido a que los síntomas de la adenoiditis son muy parecidos a los de otras afecciones, es necesario realizar un examen en profundidad para diagnosticar correctamente la enfermedad. El médico de su hijo le examinará los oídos, la nariz y la garganta, y comprobará si hay ganglios linfáticos inflamados en el cuello. Es posible que se pidan radiografías porque las adenoides suelen ser difíciles de observar visualmente.

Si la causa de la adenoiditis es de naturaleza viral, debería seguir su curso en cuestión de días. Los síntomas pueden tratarse con medicamentos de venta libre (antihistamínicos, descongestionantes o analgésicos), líquidos y reposo. Si la culpa es de una infección bacteriana, los antibióticos son el método habitual de tratamiento.

Las infecciones crónicas del oído, una causa frecuente de adenoiditis, pueden requerir tratamiento quirúrgico. Este procedimiento para extirpar las adenoides, conocido como adenoidectomía, es rutinario y se realiza de forma ambulatoria. A menudo se recomienda realizar una amigdalectomía (cirugía para extirpar las amígdalas) al mismo tiempo, ya que la amigdalitis y la adenoiditis suelen producirse simultáneamente.

Recuperación de la cirugía

Si es necesario operar para extirpar las amígdalas y las adenoides, la recuperación suele durar entre siete y diez días. Se recomiendan los siguientes pasos para que sea lo más indolora y suave posible:

  • Beber mucho líquido.
  • Consumir una dieta blanda inicialmente.
  • Incrementar la actividad lentamente.
  • Tomar la medicación para el dolor según lo prescrito.
    • Tenga en cuenta que se formarán costras en el lugar donde se extirparon las amígdalas y las adenoides. Estas deberían caerse entre cinco y diez días después de la cirugía. No debería haber ninguna hemorragia, salvo un pequeño manchado en la saliva. Si se ve sangre de color rojo brillante, póngase en contacto con un médico inmediatamente.

      Llame a Ear Nose Throat & Allergy Associates Puyallup al (253) 770-9000 para más información o para concertar una cita.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.