El pie puede ser el lugar de los defectos de nacimiento. Estas anomalías a veces se sospechan prenatalmente. El diagnóstico final depende del examen clínico al nacer. Estas deformaciones pueden ser simples malposiciones: metatarsus adductus, talipes calcaneovalgus y pes supinatus. El pronóstico es excelente de forma espontánea o con un tratamiento ortopédico sencillo. La cirugía sigue siendo una asignatura pendiente. Se considerará la posibilidad de recurrir a un ortopedista pediátrico si la malposición no se relaja después de varias semanas. Las malformaciones (pie zambo, astrágalo vertical y pie torcido) requieren una atención especializada temprana. El pie zambo se caracteriza por un retropié equino y varo, un antepié aducido y supino, no reducible. El astrágalo vertical combina el retropié equino y la dorsiflexión del antepié, que se realiza en el mediopié en lugar del tobillo. Se sospecha de pie torcido cuando el metatarso aducto se resiste al tratamiento conservador. El tratamiento temprano es principalmente ortopédico al nacer. Se empieza a considerar el tratamiento quirúrgico después de la edad de caminar. Hay que tener en cuenta que una anomalía del pie puede estar asociada a otras condiciones: malposición con cadera congénita, malformaciones con síndromes, anomalías neurológicas y genéticas.