Escritos de profetas antiguos que actuaron bajo la influencia del Espíritu Santo y que, en el transcurso de muchos siglos, testificaron de Cristo y de Su futuro ministerio. También contiene un registro de la historia de Abraham y sus descendientes, partiendo de Abraham y el convenio, o testamento, que hizo el Señor con él y su posteridad.
Los primeros cinco libros del Antiguo Testamento fueron escritos por Moisés y son: Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio. En Génesis se refiere el origen de la tierra, del género humano, de los idiomas y las razas, y del comienzo de la casa de Israel.
Los libros históricos relatan los acontecimientos que ocurrieron a Israel. Estos libros son: Josué, Jueces, Rut, 1 y 2 Samuel, 1 y 2 Reyes, 1 y 2 Crónicas, Esdras, Nehemías y Ester.
Los libros poéticos contienen algo de la sabiduría y la aptitud literaria de los profetas. Estos son: Job, Salmos, Proverbios, Eclesiastés, Cantares de Salomón y Lamentaciones.
Los profetas amonestaron a Israel tocante a sus pecados y testificaron de las bendiciones que se reciben mediante la obediencia. Profetizaron de la venida de Cristo, quien expiaría los pecados de los que se arrepintieran, recibieran las ordenanzas y vivieran el Evangelio. Los libros de los profetas son: Isaías, Jeremías, Ezequiel, Daniel, Oseas, Joel, Amós, Abdías, Jonás, Miqueas, Nahúm, Habacuc, Sofonías, Hageo, Zacarías y Malaquías.
La mayor parte de los libros del Antiguo Testamento se escribieron en hebreo, aunque unos pocos contienen escritos en arameo, otro idioma semítico de la época.