Arquitectura islámica, tradiciones constructivas de las poblaciones musulmanas de Oriente Medio y otros lugares a partir del siglo VII. La arquitectura islámica encuentra su máxima expresión en los edificios religiosos, como la mezquita y la madraza. La primera arquitectura religiosa islámica, ejemplificada por la Cúpula de la Roca de Jerusalén (ad 691) y la Gran Mezquita (705) de Damasco, se basaba en características arquitectónicas cristianas como cúpulas, arcos de columnas y mosaicos, pero también incluía grandes patios para la oración colectiva y un mihrab. Desde los primeros tiempos, se empleó el característico arco de herradura semicircular y una rica decoración no representativa de las superficies. La arquitectura religiosa se hizo más evidente con la creación de la mezquita hipóstila (véase sala hipóstila) en Irak y Egipto. En Irán se utilizó una planta de mezquita compuesta por cuatro eyvans (salas abovedadas) que daban a un patio central. Estas mezquitas construidas en ladrillo también incorporaban cúpulas y escotaduras decoradas (véase arquitectura bizantina) en las esquinas de las salas. Las características arquitectónicas persas se extendieron a la India, donde se encuentran en el Taj Mahal y en los palacios mogoles. La arquitectura otomana, derivada de las tradiciones islámica y bizantina, queda ejemplificada en la mezquita Selimiye (1575) de Edirne (Turquía), con su gran cúpula central y sus esbeltos minaretes. Uno de los mayores ejemplos de arquitectura islámica secular es la Alhambra. Para un tratamiento completo del tema, véase Artes islámicas.
Arquitectura islámica
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