Bes era una deidad ampliamente adorada en el antiguo Egipto y se creía que era la deidad de la música, la alegría y el parto. Como tal, se creía que Bes era un protector de los niños, y las representaciones de él se veían con frecuencia en las habitaciones de los hogares del antiguo Egipto. Se pensaba que su barba rebelde, su máscara de león, sus instrumentos ruidosos y sus bailes salvajes ahuyentaban a los espíritus malignos que intentaban infiltrarse en la casa. Además, se creía que Bes era un protector tanto de las parejas como de las mujeres embarazadas, y era comúnmente adorado por los recién casados del antiguo Egipto.
Bes era constantemente mostrado como un ser enano, con brazos demasiado largos para su cuerpo. Esta representación de lo que los antiguos egipcios consideraban un ser humano «imperfecto» es muy inusual entre las obras de arte de las deidades, y se teoriza que su estatura es el resultado de la corrupción de sus encuentros con espíritus malévolos.
Además, muchas copas o vasijas del antiguo Egipto tenían la forma de la cabeza de Bes. Se creía que el líquido contenido en estas copas adquiriría las propiedades curativas de Bes, y como tal, se utilizaban a menudo para prácticas medicinales.
Muchos residentes de la moderna isla balear de Ibiza, que forma parte de España, afirman que su isla debe su nombre a la deidad. El culto a Bes fue llevado a la isla por los colonos fenicios, cuyo panteón se había mezclado con el de los egipcios. Así, los fenicios llamaron a su colonia Ibiza, o la «Isla de Bes».
Imagen: RC 2220, 216, 217, y 1704 Tarros de Bes en el Museo Egipcio Rosacruz.