Muchos de nosotros descargamos aplicaciones, compramos planificadores ingeniosos y utilizamos programas informáticos para gestionar mejor nuestro tiempo y hacer cosas. En cuanto a hacer las cosas que tenemos en nuestra lista, no tenemos la motivación para empezarlas o completarlas. No tenemos ganas. Nuestras emociones, cómo nos sentimos respecto a la tarea, nos hacen tropezar.
El miedo, el enfado, la apatía y el aburrimiento, y la falta de confianza nos impiden empezar una tarea, ya sea lavar la ropa o preparar una presentación para el trabajo. Aquí hay estrategias que mis clientes han utilizado para saltar esas barreras emocionales.
Razona con tus miedos
El miedo al fracaso o el miedo al éxito pueden hacer que evitemos empezar alguna vez. Matt finalmente consiguió el trabajo de sus sueños, después de varios puestos decepcionantes en otras empresas. Como no le fue bien en algunos de sus trabajos anteriores, teme volver a fracasar. Por otro lado, su nuevo trabajo es una oportunidad para demostrar sus puntos fuertes. Sin embargo, eso también le asusta, ya que teme que, si tiene éxito, le den más responsabilidades de las que puede asumir.
La forma de evitar sus miedos: Trabajé con Matt para encontrar este trabajo, y sabía lo entusiasmado que estaba por conseguirlo. Su formación y experiencia le permitirían destacar en él. Le indiqué a Matt que los síntomas fisiológicos del miedo y la emoción son similares. El corazón se acelera, las palmas de las manos sudan y nos sentimos tensos y agitados. Nuestras emociones producen lo que estamos sintiendo: miedo o excitación. Cuando Matt recibe un encargo, sus temores se imponen al pensamiento racional. «Con tu nuevo trabajo, ¿por qué no dejas que tu mente vaya directamente a la excitación?» le pregunté. «Conociendo el trabajo y tus habilidades, creo que es ahí donde tu mente quiere ir. Era el antiguo jefe, que nunca estaba satisfecho con tu trabajo, el que te daba miedo. Tu nuevo jefe está entusiasmado por tenerte a bordo!»
Cuando Matt aprendió a conectar con la emoción en lugar del miedo, empezar dejó de ser un problema. Vio el posible fracaso como una oportunidad para empezar el siguiente proyecto de forma más inteligente, especialmente cuando reencuadró el fracaso como una experiencia de aprendizaje. Matt se convirtió en un experto en reencuadrar sus miedos, lo que le llevó a tener hábitos de trabajo saludables y a aumentar la confianza en sí mismo.
Hablar de la ira
Sally estaba enfadada por la cantidad de trabajo que le echaban encima, debido a la mala gestión y al hecho de que muchos de sus compañeros habían dejado la empresa por otros puestos. A medida que su enfado aumentaba, su incapacidad para abordar su tarea empeoraba. Su enfado estaba justificado, lo que dificultaba aún más su comportamiento profesional en el trabajo.
La forma de calmar su ira: Sally está orientada a las soluciones y es optimista, pero sus circunstancias en el trabajo la han hecho centrarse en los problemas y ser negativa. Discutimos el hecho de que centrarse en el problema lo empeoraba, y que centrarse en una solución al problema podría mejorarlo. Juntas decidimos centrarnos en lo que estaba bajo su control. En primer lugar, Sally pulió su currículum y solicitó otros trabajos. A continuación, programó una reunión con su jefe para, sin enfado ni resentimiento, hablar de su exceso de trabajo.
En un mes, su jefe contrató a un empleado más y la carga de trabajo de Sally disminuyó. Todavía solicitó otros puestos de trabajo, pero se sintió mejor sabiendo que había tomado medidas en lugar de quedarse callada.
Acabar con el aburrimiento
La compasión y el aburrimiento son las barreras más poderosas para iniciar una tarea. Para concentrarnos y mantenernos concentrados, necesitamos tareas que sean interesantes, emocionantes o divertidas. Cuando una tarea es aburrida, es fácil decir: «¿A quién le importa?» o «¿Qué diferencia habrá?». Mi excusa favorita para no hacer algo: «La vida es demasiado corta para sudar por las cosas pequeñas». Esta actitud nos lleva a enterrarnos en las cosas pequeñas: la colada, las facturas sin pagar y las tareas sin hacer en el trabajo.
La forma de darle la vuelta al aburrimiento: A lo largo de los años he pedido a mis clientes que enumeren las «Diez razones principales por las que hacer (en blanco: la tarea aburrida) es valioso para mí.» Las razones varían de un cliente a otro y de una tarea a otra, pero la única razón que destaca es «¡porque me sentiré mejor conmigo mismo si lo hago!» Te animo a que identifiques tus principales razones para luchar contra el aburrimiento y la apatía, las escribas y las leas a menudo. Es fácil olvidar cómo las cosas aburridas que hacemos cada día marcan una gran diferencia a largo plazo. Las tareas aburridas que se dejan sin hacer crean apatía, y pueden drenar la motivación para hacer cosas que realmente disfrutamos.
Laura decidió que la única motivación para hacer las tareas del hogar era pagarse a sí misma hasta que tuviera suficiente para un gran fin de semana de escapada. Jack descubrió que un sistema de castigo funcionaba mejor. Recordó la expresión de la cara de su cita cuando entró en su apartamento y preguntó: «Dios mío, ¿qué ha pasado aquí?». A Jack le daba vergüenza, así que ha colocado carteles en el cesto de la ropa sucia, en el lavavajillas y en el espejo del baño que dicen OMG. Los carteles siempre le hacen ponerse en acción para atender esas tareas, incluso cuando no tiene ganas de hacerlas.
How to Get In Gear
I have found other ways to stimulate my interest when motivation is hard to come by:
- Write a gratitude list
- Take a refreshing walk around the block
- Pause for a quick meditation
- Do a breathing exercise
- Say a positive mantra, prayer, or quotation
- Exercise
- Talk with a supportive friend to boost your mood
- Eat a snack high in protein to boost your energy level
- Take a break to read your favorite comic strip
Updated on September 16, 2020