16 Sep Dolor de espalda discogénico: Qué es y cómo manejarlo
El dolor de espalda discógeno, o dolor de disco lumbar, es el resultado de la degeneración de los discos intervertebrales lumbares en la parte baja de la espalda. Esta degeneración es una parte normal del proceso de envejecimiento, y se desconoce por qué ciertos discos degenerativos causan tanto dolor. De los pacientes con dolor lumbar crónico, entre el 26% y el 42% padecen esta dolencia. Los más afectados tienen entre 30 y 60 años. Una vez que un disco se ha degenerado completamente, ya no tiene proteínas inflamatorias que puedan causar dolor y entra en una posición estable. Por ello, el dolor discogénico rara vez se produce después de los 60 años.
Se calcula que 6 millones de personas en Estados Unidos viven con dolor discogénico crónico, aunque es posible aliviarlo con la atención médica adecuada.
Al diagnosticar el dolor de espalda discogénico, los médicos examinan el historial médico del paciente, analizan los síntomas que presenta y realizan un examen físico para evaluar el problema. En algunos casos, puede ser útil realizar un TAC o una resonancia magnética si la evaluación física no arroja resultados claros, o si el paciente no responde al tratamiento.
Los afectados por el dolor de espalda discogénico pueden experimentar distintos niveles de dolor. El dolor puede producirse durante la actividad física o incluso cuando no hay esfuerzo. El dolor puede empeorar al estornudar o toser, ya que ambos aumentan la presión entre los discos. Las zonas que experimentan dolor junto con la parte baja de la espalda incluyen las nalgas, la ingle o los muslos.
En algunos casos se puede sentir un hormigueo o entumecimiento asociado hasta el pie, lo que dificulta los intentos de caminar. Los pacientes pueden sentir que es difícil enderezar completamente la espalda y también pueden tener dificultades para permanecer sentados durante períodos prolongados. Los síntomas suelen aliviarse más con una posición totalmente reclinada.
Una vez que a un paciente se le ha diagnosticado dolor de espalda discogénico, hay varias opciones de tratamiento a su disposición, dependiendo de la gravedad del dolor y de la presentación de los síntomas. Una de las primeras defensas es el reposo estricto en cama, especialmente en los casos graves. Pasar muchas horas en la cama puede ayudar a aliviar la presión sobre el disco alterado. Sin embargo, para que el disco se cure, el paciente debe permitirle soportar algo de peso, lo que excluye el reposo en cama como solución permanente.
La fisioterapia puede ser una herramienta útil para tratar y controlar el dolor mediante ejercicios que fortalezcan los músculos de la espalda y que puedan mantenerse en casa. Si los músculos de la espalda se fortalecen y son más flexibles, el peso se distribuye de forma más uniforme y hay menos presión sobre el disco. Los medicamentos antiinflamatorios pueden ser recetados por un médico o comprados sin receta y son útiles para reducir el dolor a niveles tolerables. También se pueden recetar medicamentos para dormir a los pacientes que sufren molestias que les impiden conciliar el sueño. La cirugía puede/puede ser necesaria en los casos más graves.
Las únicas formas conocidas de prevenir este tipo de dolor de espalda son hacer ejercicio, no fumar y evitar levantar cargas pesadas. Un estilo de vida saludable es siempre la mejor medicina preventiva para el dolor de espalda, pero no siempre es una garantía.
El Dr. Steven Horowitz evalúa a los pacientes y determina cuál será la mejor vía de tratamiento en función de los síntomas que presenten y del nivel de dolor. Especializado en el manejo del dolor, entiende las formas más efectivas de hacer que los pacientes tengan un confort óptimo y se sientan lo mejor posible en todo momento. El dolor de espalda crónico puede impedirle vivir una vida plena y activa. El Dr. Horowitz se asegura de que al controlar el dolor pueda volver a vivir la vida que desea.