Los procedimientos médicos son a veces necesarios para mantener su salud, incluyendo la salud oral. La anestesia es inherente a los procedimientos más complicados, ya sea una cirugía de rodilla o el relleno de una caries avanzada, y cuando se administra correctamente, no es un punto de preocupación. Pero algunas personas sufren los efectos secundarios de la anestesia dental. He aquí un vistazo a la anestesia y por qué algunos pacientes no responden tan bien a ella.
Tipos de anestesia
Hay dos tipos de anestesia: local y general. La Academia Americana de Odontología Pediátrica (AAPD) define la anestesia local como «la pérdida temporal de la sensación, incluyendo el dolor en una parte del cuerpo, producida por un agente aplicado tópicamente o inyectado sin deprimir el nivel de conciencia.» En efecto, el dentista simplemente insensibiliza una parte de la boca inyectando un medicamento en la encía o en el interior de la mejilla; usted puede permanecer despierto durante este proceso. La anestesia general, según Aetna, le sedará durante un periodo de tiempo prolongado, y un tubo de aire le permitirá respirar mientras está dormido.
Aunque el término puede ser engañoso, la anestesia general tiene una función mucho más específica para su comodidad durante un procedimiento, y es administrada por un profesional capacitado, como un cirujano bucomaxilofacial o un anestesista médico. La anestesia local (o regional) se utiliza para tipos de tratamiento mucho más sencillos, en los que sus necesidades son lo suficientemente pequeñas como para que su estado corporal pueda seguir siendo el mismo.
Procedimientos que requieren anestesia
Desgraciadamente, no todas las visitas al dentista son tan fáciles como una limpieza rutinaria, así que compruebe antes de reservar su próxima cita. La extracción de dientes es uno de los procesos más comunes que requieren anestesia. Cuando hay que extraer un diente cariado, el médico anestesia la zona de la boca que rodea al diente. Las muelas del juicio son otra causa común de extracción con anestesia, normalmente debido a la impactación o simplemente a que no tienen suficiente espacio para erupcionar.
Aunque las endodoncias se han vuelto mucho más fáciles con el paso de los años, son otro ejemplo de cuándo es necesaria la anestesia. Cuando la pulpa de un diente se daña o enferma, es necesario extraer y sellar la parte del diente que alberga la pulpa, salvando así el diente de la extracción. Sin embargo, probablemente la necesidad más común de anestesia es en el empaste de una caries. Un empaste es necesario cuando una pequeña sección de su diente sucumbe a la caries, creando una pequeña área que el dentista eliminará la caries y rellenará la cavidad.
Efectos secundarios de la anestesia dental
Los efectos secundarios de una anestesia local son escasos, pero surgen ocasionalmente. El entumecimiento que se siente más allá de la parte afectada de la boca es uno muy común. Tras una inyección local en las encías, por ejemplo, el medicamento puede provocar la caída de los músculos de los párpados o las mejillas. Una vez que pasa el efecto de la anestesia, este adormecimiento se disipa. Aquí hay algunos más:
- Imposibilidad de parpadear – Si no puede parpadear uno de sus ojos, su dentista puede cerrarlo con cinta adhesiva hasta que cese el adormecimiento para que no se seque.
- Hematoma – Descrito como una hinchazón llena de sangre, esto puede ocurrir si la aguja golpea un vaso sanguíneo durante la inyección.
- Latidos acelerados – El fármaco vasoconstrictor de la anestesia puede aumentar los latidos de su corazón durante uno o dos minutos. Asegúrese de mencionar esto a su médico si lo nota.
- Daños en los nervios – Si la aguja golpea directamente un nervio, el resultado puede ser el entumecimiento y el dolor que dura semanas o meses. El daño a los nervios es muy raro en una inyección regional, según la Sociedad Americana de Anestesia Regional y Medicina del Dolor (ASRA).
La mejor manera de evitar cualquier efecto secundario de la anestesia dental es reducir el riesgo de problemas que justifiquen una solución desensibilizante. Una buena forma de lograr ese objetivo es utilizar una pasta de dientes como Colgate Total*. El cepillado, el uso del hilo dental y una dieta saludable son las claves para mantener una boca sana. Por supuesto, asegúrate también de programar tu revisión dental periódica.