El imperio del aire: Los hombres que hicieron la radio cuenta la historia del primer medio de comunicación de masas de Estados Unidos, desde la perspectiva de tres hombres extraordinarios que compartieron la responsabilidad principal de este invento y su éxito inicial:
Lee de Forest (1873-1961), el inventor del tubo «Audion», a quien le gustaba llamarse el «Padre de la Radio». De Forest creció en Talladega, Alabama, donde su padre era el presidente blanco de un colegio para esclavos recién liberados. Aunque de Forest tenía más de 300 patentes, sus detractores afirmaban que la mayoría de sus «inventos» ya habían sido descubiertos por otros.
Edwin Howard Armstrong (1890-1954), el inventor de los circuitos «Regeneración» y «Superheterodino», así como de la «Frecuencia Modulada» o FM. Hombre extravagante, aficionado a los coches rápidos y apasionado por las grandes alturas, Armstrong fue proclamado un genio cuyos inventos habían hecho posible la radio moderna. Pero otros, entre ellos Lee de Forest, impugnaron sus patentes. Armstrong pasó gran parte de su vida en los tribunales, envuelto en pleitos.
David Sarnoff (1891-1971), el esforzado inmigrante ruso que creó la «caja de música de la radio». Como oficinista y repartidor de la compañía Marconi, Sarnoff impresionó a todos los que le conocieron, incluido el propio Marconi. Con la ayuda del inventor, llegó a ser presidente de la empresa de comunicaciones más poderosa del mundo, y no dejó que nada ni nadie se interpusiera en su camino.
La película también aborda la carrera de:
Guglielmo Marconi (1874-1937), el inventor de origen italiano de la telegrafía «inalámbrica». En 1896, Marconi patentó su sistema único para transmitir los puntos y rayas de los mensajes telegráficos a través del aire, y en 1899 presentó la Marconi Wireless Telegraph Company en América. Pronto se enviaron mensajes inalámbricos («Marconigramas») entre los barcos en el mar y las estaciones inalámbricas de Marconi en la Costa Este.