Frances Peck(Actualización de la terminología, Volumen 35, Número 3, 2002, página 19)
¿Has deseado alguna vez algo? ¿Has imaginado alguna vez que estás en un lugar diferente, en un momento diferente, en una situación diferente? ¿Alguna vez ha recomendado algo o ha dado un consejo no solicitado? Si es así, no es ninguna sorpresa. Usted es humano. Pero lo que puede ser una sorpresa es que hayas utilizado el subjuntivo, quizá sin saberlo. «Me gustaría ser una estrella del rock», «Si fuera carpintero», «Le recomiendo que haga cerámica», «Si fuera tú»… todos estos verbos son de subjuntivo.
¿Qué es el subjuntivo?
En cuanto a formas verbales, el subjuntivo es casi humano también. Hipotético, contrario, moldeado por la historia, es difícil de definir y escurridizo de categorizar. En The New Fowler’s Modern English Usage, el editor R.W. Burchfield describe el subjuntivo como «una de las grandes arenas movedizas de la gramática inglesa». Es tan complejo, señala, que «la obra de referencia estándar sobre sintaxis histórica inglesa» (An Historical Syntax of the English Language, 1963-73, de F. Th. Visser) dedica 156 páginas al tema y enumera más de 300 referencias bibliográficas.
El común de los mortales podría saltarse estas explicaciones enciclopédicas y dirigirse directamente a una gramática o guía lingüística favorita. Estos textos suelen prescindir del subjuntivo en una o dos páginas. Pero sus explicaciones, aunque concisas, son confusamente variadas. Algunos clasifican el subjuntivo por su función, utilizando términos como «mandativo», «volitivo» y «formulativo». Otros lo relacionan con el tiempo, refiriéndose a los subjuntivos presentes y pasados. Y otros discuten la asociación con el tiempo. La segunda edición de Fowler (la anterior a la de Burchfield) observa que el subjuntivo no se refiere al pasado, sino más bien «al presente o al tiempo indefinido, o más verdaderamente no al tiempo en absoluto (y especialmente no a un tiempo pasado en particular) sino a la utopía, el reino del no-hecho»
Esto nos lleva al corazón del subjuntivo. Existe para expresar información hipotética, contraria a los hechos, recomendada o sugerida. El subjuntivo no es un tiempo verbal; es un modo. Los verbos ingleses tienen tres modos: (1) indicativo, para hacer afirmaciones y preguntas («Estoy apilando leña; ¿estás apilando leña?»); (2) imperativo, para dar órdenes o instrucciones («Apila la leña»); y (3) subjuntivo («Le sugiero que apile la leña»).
El subjuntivo se originó en el inglés antiguo y fue común hasta aproximadamente 1600. Entonces comenzó su largo declive. Hoy en día sólo utilizamos el subjuntivo en un puñado de circunstancias, que es precisamente la razón por la que es tan difícil de entender. A diferencia del francés o el español, donde el subjuntivo es un plato completo, servido sistemáticamente, en inglés todo lo que tenemos son sobras.
Algunas de las sobras aparecen en expresiones familiares. «Far be it from me», «God bless you» y «as it were» son restos de subjuntivo. Pero en la escritura cotidiana, normalmente utilizamos el subjuntivo en dos situaciones. Reconocerlas y los patrones oracionales que implican es una forma práctica de dominar el subjuntivo sin quedar atrapado en marañas de explicaciones técnicas.
Recomendaciones y directivas
En la primera situación, necesitamos el subjuntivo para ciertas recomendaciones, propuestas, requerimientos y directivas. Debido a que estas ideas son hipotéticas, existiendo por el momento sólo en la mente del emisor, requieren el modo subjuntivo.
Hay dos patrones de oraciones principales a buscar aquí: (1) verbos como recomendar, instar, proponer, sugerir, insistir, exigir, mover seguido de que; (2) además de ir seguido de adjetivos como importante, necesario, esencial, crucial.
- La candidata instó en voz alta a que se descalificara a su oponente por sus opiniones sexistas.
- Esta receta recomienda que el cocinero añada bayas de enebro después de que la perdiz haya cocido a fuego lento durante una hora.
- Es vital que el contratista vuelva a pintar nuestro garaje de color rosa para que haga juego con el cobertizo del jardín.
- Es esencial que el candidato lea todas las preguntas antes de responderlas.
- En aquel día frío y borrascoso, Harvey deseaba estar en las Bahamas en lugar de en Flin Flon.
- Si fuera millonario , alquilaría un chalet en España y viviría perezosamente para siempre.
- Meena suele decir que si fuera Primer Ministro , legislaría una semana laboral de cuatro días.
- Para cumplir con la fecha de entrega, la editora marcó el manuscrito como si su vida estuviera en juego.
- Si la fiesta es interesante, nos quedaremos más de quince minutos.
- El reportero acusó a los vecinos de votar sin valorar los temas, pero si eso era cierto, era porque nadie había explicado bien los temas.
- Si hubieras estado allí para escuchar el tono de Jason, entenderías por qué Jessica le dio una bofetada.
Por supuesto, un escritor económico encogerá las dos últimas construcciones. «El contratista debe pintar» y «el aspirante tiene que leer» son más concisas, por no decir que no tienen subjuntivo.
En esta primera situación, formar el subjuntivo es fácil. Basta con utilizar la forma verbal base, que es el infinitivo (to be, to add, etc.) sin el to.
Deseos y condiciones hipotéticas
En la segunda situación, necesitamos el subjuntivo para expresar deseos y condiciones hipotéticas, contrarias a los hechos (normalmente introducidas por if o as if).
Nota que en todos estos ejemplos, el verbo en subjuntivo es eran. Esto no es casualidad. Con esta segunda categoría de subjuntivo, el único verbo que se transforma en un subjuntivo reconocible -es decir, en una forma no indicativa o «no normal»- es be, y la forma que adopta es siempre were. Todos los demás verbos permanecen en la forma indicativa habitual: «Harvey deseaba tener un condominio en las Bahamas», «Si tuviera un millón de dólares», «Meena suele decir que si conociera al Premier. . .»
Es importante señalar que si no siempre introduce el subjuntivo. Muchas cláusulas if establecen condiciones relacionadas con hechos y realidades más que con hipótesis:
Propongo que…
Si deseas que el subjuntivo sea más directo, no eres el único. Pero he aquí mi modesta propuesta: que aceptemos el subjuntivo como lo que es: la forma verbal que transmite nuestra capacidad exclusivamente humana de desear, recomendar, hipotetizar, soñar nuevas ideas y enviarlas al mundo.