Siempre es una buena idea evitar comer demasiado azúcar. Pero cuando estás embarazada, es probable que escuches que es prudente mantener el dulce al mínimo por una serie de razones, incluyendo la reducción del riesgo de diabetes gestacional y el riesgo de asma de tu bebé, según una investigación reciente. Ahora, un nuevo estudio publicado en el American Journal of Preventive Medicine ha descubierto que el consumo de azúcar y refrescos puede afectar a la memoria y el aprendizaje de los niños. Pero no todo son malas noticias: Los investigadores también concluyeron que comer más fruta (tanto tú como tu LO) podría reforzar las capacidades cognitivas de los niños.
Qué analizó el estudio
Los investigadores analizaron los datos de la evaluación dietética de más de 1.000 mujeres embarazadas de 1999 a 2002 que participaron en un estudio de investigación longitudinal llamado Proyecto Viva. También se evaluaron las dietas de sus hijos en la primera infancia, y se estudió la cognición infantil cuando los niños tenían aproximadamente 3 y 7 años, respectivamente.
Lo que encontró el estudio
Los investigadores concluyeron que el mayor consumo de azúcar por parte de las madres durante el embarazo, sobre todo en forma de bebidas azucaradas, se asoció con una peor cognición infantil, incluyendo las capacidades no verbales para resolver problemas novedosos y una peor memoria verbal. También se relacionó con una peor inteligencia global asociada tanto a los conocimientos verbales como a las habilidades no verbales.
Y aunque los refrescos dietéticos puedan parecer una alternativa más angelical, los investigadores descubrieron que el consumo de bebidas endulzadas artificialmente durante el embarazo se asoció a una peor motricidad fina, espacial y visual en la primera infancia y a una peor capacidad verbal en la mitad de la infancia.
Los niños que tomaban bebidas azucaradas mostraban una inteligencia verbal más pobre a mediados de la infancia, mientras que los que tenían un mayor consumo tanto de fructosa como de fruta en la primera infancia tenían puntuaciones cognitivas más altas en varias áreas y un mayor vocabulario receptivo. Además, el consumo de fruta se asoció a una mayor capacidad motriz visual en la primera infancia y a una mayor inteligencia verbal a mediados de la misma. Dicho esto, el zumo de fruta no se asoció a una mejora de la cognición, por lo que los investigadores señalan que es probable que los fitoquímicos, que están más disponibles en la fruta entera que en el zumo, beneficien al cerebro de los niños. Esto apoya lo que la mayoría de los expertos, incluida la Academia Americana de Pediatría (AAP), creen: que a los niños menores de 1 año no se les debería dar ningún zumo de fruta (aunque pequeñas cantidades con moderación están bien para los niños mayores de 1 año).
Lo que esto significa para los padres
Por supuesto, es imposible que alguien evite el azúcar por completo, y es imposible comer todos los alimentos enteros, «limpios» y perfectamente nutritivos las 24 horas del día. Esta investigación sólo sirve para reiterar que la indulgencia, especialmente en lo que se refiere a los dulces, es mejor hacerla con moderación. También subraya lo importante que es seguir una dieta saludable cuando se tiene un bebé en camino.
Además de mantener el azúcar al mínimo, aquí hay unas cuantas reglas más que pueden ser útiles cuando se intenta comer de forma saludable durante el embarazo:
- Comer una variedad de alimentos: La base de una dieta saludable durante el embarazo es similar a su dieta saludable antes del embarazo: una mezcla equilibrada de proteínas magras y calcio, cereales integrales, un arco iris de frutas y verduras y grasas saludables (con normalmente un poco más de calorías y nutrientes para nutrir al bebé).
- Satisfaga los antojos de azúcar con una alternativa saludable. Por ejemplo, prueba a tomar fruta fresca (como los mangos, que están repletos de vitaminas A y C) o agua con infusión de fruta en lugar de una chocolatina o un refresco.
- Omite las bebidas azucaradas. Como ya hemos dicho, los expertos recomiendan no dar a los niños menores de un año ningún tipo de zumo de frutas (lo mismo ocurre con los refrescos). Si tu hijo tiene entre 1 y 3 años, la AAP recomienda que el consumo de zumo de fruta sea inferior a 4 onzas al día; si tiene entre 3 y 5 años, que sea entre 4 y 6 onzas al día. Y si le sirves algún zumo, busca que la etiqueta diga «100 por ciento zumo de fruta»; los zumos que no son 100 por ciento de fruta suelen llevar la etiqueta de «cóctel de frutas» y casi siempre están cargados de toneladas de azúcar y edulcorantes añadidos.
- Empiece con fruta entera. Cuando el bebé empiece a comer sólidos (entre los 4 y los 6 meses), prueba a introducir frutas ricas en nutrientes -plátanos, fresas- que hayan sido trituradas o hechas puré. ¿Tu hijo tiene entre 1 y 4 años y ya come sólidos? Intenta servirle aproximadamente una taza de fruta fresca al día.
- Ofrece zumo en un vaso, no en una botella. En lugar de dejar que su hijo se pasee con el zumo en un biberón o en un vaso para sorber, intente ofrecerle el zumo como parte de una comida o merienda; incluso si el zumo está diluido, llevar un vaso para sorber o dormir con un biberón puede prolongar la exposición de su hijo al azúcar, lo que es una mala noticia para sus pequeños dientes.
Y si tienes un bebé o un niño pequeño correteando por ahí, aquí tienes unos cuantos consejos relacionados con el azúcar que debes tener en cuenta:
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