Rut 1:8-17Tim Riordan, pastorSonRise Baptist Church, Newnan
«Queremos la fachada de una relación, pero no queremos el trabajo de una relación».
¿Es realmente cierta esta postura cultural? Una mujer de 20 años publicó esta pregunta en un foro abierto: «¿Alguien quiere siquiera una relación normal?». Finalmente resumió sus intereses con estas palabras: «Sólo creo que una buena relación consiste en que dos personas se ayuden mutuamente a alcanzar sus objetivos, se apoyen mutuamente, y básicamente se hagan mejores personas». Su resumen suena a un anhelo de compromiso.
La gente de hoy en día es un poco «tímida con el compromiso». La persona media cambiará de trabajo 12 veces a lo largo de su carrera, y hasta el 60 por ciento de los estadounidenses tendrá relaciones extramatrimoniales. Las cadenas de supermercados han tenido que crear «tarjetas de fidelidad» en un intento de comprar compromiso. Los estadounidenses ya no hacen un buen trabajo de adhesión a nada, especialmente entre ellos.
Ruth nos recuerda el valor del compromiso. La situación de las primeras páginas de este cuento se centra en la lealtad de una nuera a su suegra, y los principios permanentes se aplican a todas las relaciones.
El verdadero compromiso con los demás no siempre es fácil.
La vida está llena de desafíos que amenazan la fuerza de nuestro compromiso con los demás. En este pasaje, la familia de Noemí pasó por una gran lucha al enfrentarse a las perspectivas de las penurias físicas provocadas por el hambre y luego a la angustia de la muerte de sus seres queridos. El único punto brillante de la vida de Noemí fue el amor de sus dos nueras.
Incluso cuando se enfrentaban a la perspectiva de lidiar con las luchas de afrontar la vida sin maridos, Rut y Orfa insistieron en quedarse con Noemí. En aquella antigua cultura era casi imposible que las mujeres sobrevivieran sin maridos.
Dios llevó a los israelitas a establecer la práctica del pariente redentor, que ofrecía apoyo a una mujer viuda (véase Lev. 25:25-28 y Dt. 25:5-10), pero Noemí instó a sus nueras a regresar a su pueblo. El nivel de compromiso de Rut superó las súplicas de Noemí y la amenaza de quedar en la miseria.
Las relaciones son importantes para la humanidad, y Dios nos llama a un nivel significativo de compromiso entre nosotros. Independientemente de nuestros desafíos, Dios otorga un gran valor a las relaciones. Este compromiso no sólo debe verse en nuestros matrimonios y familias, sino también en cualquier relación que tengamos con otras personas. Efesios 4:3-4 nos recuerda la importancia de la unidad dentro de la familia de Dios y Romanos 12 y 1 Corintios 12 utilizan la imagen de un cuerpo para enfatizar la importancia de funcionar juntos como la iglesia de Dios.
La historia de Rut nos recuerda que el verdadero compromiso con los demás siempre tiene un precio, y el precio rara vez es barato. Rut transmitió que no importaba lo que tuviera que experimentar Noemí, Rut pensaba quedarse a su lado. En un mundo de relaciones desechables, este tipo de compromiso debe ser modelado para el mundo.
Lo que son las relaciones… y lo que no son
El verdadero compromiso con los demás se refleja en todos los aspectos de la vida.
La respuesta de Ruth a Noemí es una declaración clásica de compromiso y amor de alianza. Este nivel de compromiso parece extraño en nuestra cultura porque muchas personas entablan relaciones como si fueran contratos.
Las relaciones son pactos, no contratos. Un contrato se construye sobre las expectativas mientras que el pacto se construye sobre las relaciones. Un contrato está centrado en el yo, pero un pacto está centrado en el otro. Un contrato consiste en recibir, pero los pactos consisten en dar.
Rut indicó que, pasara lo que pasara en la vida, no iba a dejar a Noemí. Con estas memorables palabras, Rut definió para el mundo el significado del compromiso total.
No existe el compromiso parcial. O se está, o no se está, comprometido. Un problema de las personas en nuestra sociedad es que creen que pueden cambiar una definición si no les conviene. A pesar de que la palabra «compromiso» significa «a largo plazo», muchas personas han optado por limitar el plazo relacionado con el concepto.
Hace unos años, leí que en México se barajaba la idea de las licencias temporales de matrimonio. La idea era que cuando una pareja feliz acudiera a obtener su licencia de matrimonio, pudiera elegir el tiempo que planeaba estar casada. El mínimo era de dos años. Esta licencia era renovable en caso de que la pareja decidiera seguir cumpliendo sus nupcias. Qué día tan triste será si redefinimos el significado del compromiso para tener límites de duración.
Definiendo el compromiso
El verdadero compromiso con los demás surge de un corazón comprometido con Cristo.
¿Cuál es el origen del tipo de compromiso que se ve en la historia de Rut? Podemos leer un poco entre líneas y ver el papel de la fe de Noemí en llevar a este tipo de decisión. En el versículo 16, Rut dijo que el Dios de Noemí era mi Dios. En el versículo 17 se refirió al Señor. Podemos suponer que las conversaciones sobre la fe eran comunes en esta familia judía, y Rut eligió al Dios de los judíos.
Gálatas 5:22-23 nos recuerda las cualidades de carácter de las que gozamos los cristianos como resultado del Espíritu de Dios que vive en nosotros. Estas cualidades hacen posible el tipo de compromiso que se enseña en la historia de Rut.
La clave es que el fruto es del Espíritu y no de nosotros. No podemos fabricar este fruto. Viene como un subproducto natural de nuestra creciente relación con Jesucristo. Si bien podemos tratar de generar el amor desinteresado que es fundamental para el compromiso, en realidad viene a medida que profundizamos nuestra relación con Cristo.
While our world struggles to understand and define commitment, it is critical that the church of Jesus Christ presents to the world a model of true, relational commitment. This kind of loyalty to one another will help define for the world the immeasurable love of God.