El propósito original del papel de burbujas distaba mucho de lo que usamos hoy en día.
En 1957, el ingeniero Al Fielding y el inventor suizo Marc Chavannes intentaban crear un papel pintado con textura. Para ello, sellaron dos cortinas de ducha de tal manera que las burbujas de aire quedaran capturadas, dando al papel pintado un aspecto texturizado.
Pero la idea del papel pintado no se vendió demasiado bien.
Incansados, Fielding y Chanvannes decidieron comercializar su invento como aislante para invernaderos. Aunque el material ofrecía un cierto efecto aislante, esta idea tampoco tuvo éxito.
No fue hasta tres años después de la creación de su invento que Frederick W. Bowers, un comercializador de Sealed Air, que fabricaba el producto, dio finalmente con el uso perfecto para él. El 5 de octubre de 1959, IBM había anunciado su nuevo ordenador 1401 de longitud de palabra variable. Bowers tuvo la idea de que el Bubble Wrap podía utilizarse como un buen material de embalaje para proteger el ordenador mientras se enviaba. Le propuso la idea a IBM y demostró la capacidad de protección del plástico de burbujas. Su demostración tuvo éxito, e IBM empezó a comprar Bubble Wrap para proteger su 1401 y otros productos frágiles que vendían y enviaban.
Desde esos humildes comienzos, Sealed Air ha crecido hasta alcanzar unas ventas anuales de unos 4.000 millones de dólares, con un beneficio neto de unos 255 millones. Alrededor del 10 por ciento de sus ingresos proviene de Bubble Wrap, por lo que se venden alrededor de 400 millones de dólares de Bubble Wrap al año.
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