Después de recibir un aviso anónimo de Saul Goodman sobre que Hank Schrader ha sido objetivo de un cártel de la droga, la DEA envía un escuadrón de agentes para vigilar la casa de Hank y Marie Schrader. La familia White también es llevada a la casa de los Schrader para su protección, pero Walter White convence a Skyler White para que le deje quedarse en su propia casa, dispuesto a afrontar las consecuencias de sus actos. Walt se sienta nervioso en el patio trasero, dando vueltas a una pistola sobre la mesa que no deja de apuntarle, pero toma nota cuando apunta a una maceta. Hank deduce que su investigación sobre Gus Fring es el motivo de la amenaza contra su vida, por lo que pide a Gómez que registre la lavandería industrial por él.
Más tarde, Gómez y un agente con un perro detector de drogas revisan la lavandería pero no encuentran nada, aunque Jesse Pinkman y Tyrus Kitt estaban debajo de ellos en el laboratorio de metanfetamina oculto. Gus, en una llamada telefónica a Jesse, insinúa que la atención de la policía es culpa de Walter, y que éste debe ser asesinado para protegerse, pero Jesse vuelve a negarse a cocinar si Walter es asesinado. Más tarde, Saul le entrega a Jesse toda la parte de los beneficios de la metanfetamina, ya que Saul está planeando huir temporalmente de Albuquerque hasta que la disputa entre Walter y Gus termine. Saul revela que Gus se llevó a Walter al desierto y amenazó a su familia, una revelación por la que Jesse queda sorprendido. Más tarde, Jesse recibe una llamada de Andrea Cantillo para informarle de que su hijo, Brock Cantillo, ha enfermado gravemente y está en el hospital. Jesse descubre que el cigarrillo de ricina, que tenía a mano para envenenar a Gus, ha desaparecido y concluye que Brock ingirió la ricina de alguna manera.
Jesse se enfrenta a un paranoico Walter en la casa de los White. Jesse coge la pistola de Walter y le apunta, acusándole de envenenar a Brock por despecho. Walter afirma que Gus debió planear el envenenamiento de Brock e inculpar a Walter para manipular a Jesse para que lo matara; las cámaras que rodean el laboratorio probablemente detectaron el cigarrillo, y Tyrus debió sacarlo de la taquilla de Jesse, localizar a Brock y envenenarlo. Walter y Jesse saben que Gus no está por encima de matar niños, después de la muerte del hermano pequeño de Andrea, Tomás Cantillo, y Jesse decide finalmente que Walter es inocente. Los dos se alían para matar a Gus.
Jesse visita el hospital a diario, pero Andrea no le deja ver a Brock después de que divulgue el conocimiento sobre el envenenamiento con ricina. Jesse se niega a abandonar el hospital, lo que arruina la última cocción de metanfetamina, y dice que sólo se irá si Gus se lo ordena en persona. Cuando Gus llega al hospital, Walter coloca un coche bomba casero bajo el coche de Gus y observa desde un tejado cercano el momento adecuado para detonarlo. Cuando Gus y sus guardaespaldas regresan al coche, Gus intuye que algo no va bien y abandona la zona, dejando a Walter angustiado por haber perdido su oportunidad.