Causas económicas de la guerra civil
La mayoría de las guerras civiles tienen lugar en sociedades relativamente pobres. Las primeras contribuciones al estudio de la violencia dentro de las sociedades tendían a centrarse en las privaciones económicas y los agravios como motivos clave. El politólogo estadounidense Ted Gurr, por ejemplo, destacó la desigualdad y cómo los grupos pueden recurrir a la rebelión si están insatisfechos con su situación económica actual en relación con sus aspiraciones. La literatura sobre conflictos nacionalistas destacó cómo tanto los grupos relativamente más pobres como los más ricos son propensos a rebelarse contra el centro si creen que les puede ir mejor con la independencia. Las guerras civiles en los países latinoamericanos se interpretaron a menudo dentro de un marco centrado en los agravios económicos derivados de la distribución desigual de la tierra o de la elevada desigualdad de ingresos. Sin embargo, las pruebas empíricas que relacionan la desigualdad de ingresos individuales con los conflictos civiles son contradictorias.
Los estudios político-económicos posteriores sobre la guerra civil tendieron a descartar el papel de los agravios. Algunos investigadores argumentaron que los agravios son omnipresentes y que es más importante centrarse en la variación de las oportunidades de violencia. Así, los economistas británicos Paul Collier y Anke Hoeffler argumentaron que los bajos ingresos globales facilitan la movilización de las insurgencias, ya que los reclutas potenciales tienen menos que perder en ingresos no percibidos de las actividades económicas normales. Los politólogos estadounidenses James Fearon y David Laitin afirmaron que la guerra civil es principalmente un problema de los Estados débiles y que esa debilidad está determinada en gran medida por el desarrollo económico. Los investigadores de esta tradición también relacionaron la movilización con el papel de los incentivos individuales. Las oportunidades para las insurgencias son mayores cuando los participantes pueden prosperar con la guerra, por ejemplo, mediante el saqueo o la obtención del control de valiosos recursos naturales. Los estudios empíricos también respaldan la supuesta relación entre la existencia de recursos naturales valiosos y un mayor riesgo de guerra civil. Las guerras civiles en África suelen apoyar estas perspectivas.