La Nueva Crítica fue un movimiento formalista en la teoría literaria que dominó la crítica literaria estadounidense en las décadas centrales del siglo XX. Enfatizaba la lectura atenta, especialmente de la poesía, para descubrir cómo una obra literaria funcionaba como un objeto estético autónomo y autorreferencial. El movimiento tomó su nombre del libro de John Crowe Ransom de 1941 The New Criticism. También fueron muy influyentes los ensayos críticos de T. S. Eliot, como «La tradición y el talento individual» y «Hamlet y sus problemas», en los que Eliot desarrolló su noción de «correlativo objetivo». Los juicios valorativos de Eliot, como su condena de Milton y Shelley, su gusto por los llamados poetas metafísicos y su insistencia en que la poesía debe ser impersonal, influyeron mucho en la formación del canon de la Nueva Crítica.
Los Nuevos Críticos creían que la estructura y el significado del texto estaban íntimamente conectados y no debían ser analizados por separado. Con el fin de volver a centrar los estudios literarios en el análisis de los textos, pretendían excluir de su análisis la respuesta del lector, la intención del autor, los contextos históricos y culturales y los prejuicios moralistas.
El apogeo del Nuevo Crítico en los institutos y universidades estadounidenses se produjo en las décadas de la Guerra Fría, entre 1950 y mediados de los setenta, sin duda porque ofrecía un enfoque relativamente sencillo y políticamente poco controvertido para la enseñanza de la literatura. Los libros Understanding Poetry y Understanding Fiction de Brooks y Warren se convirtieron en un elemento básico durante esta época.
El estudio de un pasaje de prosa o poesía en el estilo de la Nueva Crítica requería un escrutinio cuidadoso y exigente del propio pasaje. Se utilizaban elementos formales como la rima, la métrica, la ambientación, la caracterización y la trama para identificar el tema del texto. Además del tema, los Nuevos Críticos también buscaban la paradoja, la ambigüedad, la ironía y la tensión para ayudar a establecer la mejor y más unificada interpretación del texto.
Aunque la Nueva Crítica ya no es un modelo teórico dominante en las universidades americanas, algunos de sus métodos (como la lectura minuciosa) siguen siendo herramientas fundamentales de la crítica literaria, que sustentan una serie de enfoques teóricos posteriores de la literatura, como el postestructuralismo, la teoría de la deconstrucción y la teoría del lector-respuesta.
- Para una visión general, véase Gerald Graff, Professing Literature, Chicago y Londres: The University of Chicago Press, 1987. ↵
Por lo tanto, la literatura no puede ser considerada como un medio de comunicación.