La escleritis
La escleritis es una inflamación de la esclerótica, la capa blanca externa del ojo. Los síntomas pueden incluir dolor (a veces intenso), hinchazón, enrojecimiento, visión borrosa, lagrimeo y sensibilidad a la luz. Si experimenta alguno de estos problemas, debe ser evaluado por su oftalmólogo, dice Orbai. Y no demore la búsqueda de tratamiento. «El tiempo es esencial para evitar daños en los ojos y la pérdida de visión», dice. Si acaba siendo una escleritis, su oftalmólogo puede recetarle colirios con corticoides y posiblemente medicamentos inmunomoduladores, dice.
Iritis y uveítis
Una rápida lección de anatomía: la úvea es la parte media del ojo entre la esclerótica y la retina, que está en la parte posterior del ojo. El iris es la parte coloreada del ojo que ayuda a controlar la cantidad de luz que entra.
La uveítis es una inflamación de la úvea; la iritis, una forma de uveítis, es una inflamación del iris. Los síntomas incluyen visión borrosa; manchas oscuras y flotantes en la visión; dolor ocular; enrojecimiento y sensibilidad a la luz.
El tratamiento de cualquiera de las dos afecciones depende de los síntomas, explica Orbai. «Algunas opciones son los corticosteroides, Trexall (metotrexato), Humira (adalimumab) y Remicade (infliximab). Su oftalmólogo determinará el tratamiento adecuado para usted en función de sus síntomas.
Complicaciones de los medicamentos
Algunos de los medicamentos utilizados para tratar la artritis reumatoide, como la prednisona (un corticosteroide) y el Plaquenil (hidroxicloroquina), pueden llegar a desencadenar problemas oculares. «El Plaquenil, en raras ocasiones, puede causar retinopatía», dice Orbai, una enfermedad inflamatoria de la retina que puede provocar el deterioro o la pérdida de la visión. Y la prednisona puede causar cataratas o glaucoma, o empeorar estas condiciones si ya se tienen.
«Las personas que necesitan tomar medicamentos que tienen efectos secundarios que impactan en el ojo deben ver a un oftalmólogo que pueda monitorear los efectos adversos», dice Orbai. «Por ejemplo, los pacientes que usan Plaquenil deben ser vistos anualmente para descartar una retinopatía». Si desarrollan la enfermedad, el médico puede disminuir la dosis o suspender la medicación. «La precaución más importante es minimizar la duración del tratamiento: Tomar la menor cantidad durante el menor tiempo posible», dice Orbai.
El resultado final para sus ojos
Cualquier persona que viva con AR debe acudir a un oftalmólogo anualmente, recomienda Orbai. «Sólo un oftalmólogo puede diagnosticar y descartar posibles problemas oculares en las personas con AR», dice.
Las personas con AR también deberían visitar a un oftalmólogo si experimentan algún síntoma ocular, como picor, sensación de cuerpo extraño, enrojecimiento, dolor o pérdida de visión.
Por último, es importante tener en cuenta que otras afecciones como el acné y la rosácea pueden provocar problemas oculares, señala Orbai. Es bueno que las personas con AR sean conscientes de ello, aunque sigue siendo fundamental acudir al médico si se experimenta algún síntoma.
Información adicional de Connie Brichford.