Una característica definitoria que separa los diferentes polímeros termoplásticos es si se consideran amorfos o semicristalinos. Los termoplásticos más populares utilizados en la industria del embalaje, como el HDPE y el polipropileno, se clasifican como semicristalinos, mientras que otros, como el poliestireno y el ABS, se consideran amorfos. La principal diferencia entre estas clases de termoplásticos es la disposición de las cadenas moleculares y cómo éstas, a su vez, afectan al comportamiento del polímero bajo el calor. Continúe leyendo para saber más sobre las diferencias entre las dos clasificaciones de termoplásticos:
Recibir la clasificación de polímero semicristalino significa que el material exhibe cadenas moleculares organizadas y apretadas. Las áreas de cristalinidad se denominan esferulitas y pueden variar en forma y tamaño, existiendo áreas amorfas entre las áreas cristalinas. Como resultado, esta estructura molecular altamente organizada da lugar a un punto de fusión definido. Estos polímeros son anisotrópicos en el flujo, por lo que muestran una mayor contracción transversal al flujo en lugar de con el flujo, lo que a veces puede dar lugar a cierta inestabilidad dimensional.
En términos de propiedades, los termoplásticos semicristalinos tienen una buena resistencia & al desgaste, y una buena resistencia química, pero normalmente carecen de resistencia al impacto. Además, el grado de cristalinidad puede afectar a muchas características del polímero. Puede haber diferentes grados de cristalinidad entre diferentes materiales y también variaciones entre el mismo material. Los materiales con un mayor peso molecular, por ejemplo, suelen tener un menor grado de cristalinidad con cristales más imperfectos. Los polímeros muy ramificados también pueden presentar un menor grado de cristalinidad, como puede verse al comparar el polietileno de baja densidad (LDPE), más ramificado, que es un producto más flexible y menos denso, frente a su homólogo más cristalino, el polietileno de alta densidad (HDPE).
Mientras que los polímeros semicristalinos presentan cadenas moleculares organizadas y apretadas, las cadenas poliméricas de los plásticos amorfos están más desorganizadas. En este tipo de material, las moléculas se orientan de forma aleatoria y se entrelazan, lo que hace que tengan un rango de temperaturas a las que se fundirán. Para que lo vea, la organización, o la falta de ella, de las cadenas de polímeros se suele comparar con un plato de espaguetis cocidos. Esta característica también facilita el proceso de termoformado. Estos polímeros son isotrópicos en flujo, por lo que encogen uniformemente en la dirección del flujo y transversalmente al mismo. Esto suele traducirse en una menor contracción y una menor tendencia a la deformación. En términos de propiedades, los polímeros amorfos suelen tener mejor resistencia al impacto, pero son más propensos al agrietamiento por tensión y tienen poca resistencia a la fatiga. Además, estos polímeros suelen ser transparentes.
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