La dura verdad sobre las ciencias blandas

Las ciencias sociales son el estudio de la sociedad y las relaciones humanas, y abarcan campos como la psicología, la sociología, la antropología, la economía e incluso las ciencias políticas. Como ya sabrá, la diferencia entre las ciencias sociales y las ciencias duras (como la física) es que éstas se basan en leyes y reglas concretas, mientras que las ciencias sociales son un poco difusas. Por esta razón, algunos tachan las ciencias sociales de «ciencias blandas». Sin embargo, las ciencias sociales ocupan un lugar importante en el mundo y han contribuido enormemente a nuestra sociedad.

El reto de las ciencias sociales es que no pueden estudiarse con total objetividad, ya que no están sujetas a una ley simple, como la ley de la gravedad. La ciencia social está esencialmente confinada por la percepción y la ética. Ambas limitan la precisión con la que podemos medir el comportamiento humano. Y aunque la ciencia social puede seguir los métodos científicos tan estrechamente como sea posible, los resultados suelen basarse en promedios.

«Pero si la ciencia social publica hallazgos profundamente perturbadores sobre el comportamiento humano o la sociedad, es un juego peligroso.»

Por ejemplo, la percepción hace casi imposible llevar a cabo múltiples experimentos en múltiples culturas y buscar datos consistentes en el comportamiento humano. Y la consistencia es la validación que buscamos ya que es un pilar del método científico.

La ética limita la forma de realizar experimentos sociales o incluso de compartir nuestros hallazgos. La investigación en una ciencia dura como la física podría revelar potencialmente una verdad que no nos gusta, pero como se basa en leyes naturales, en cierto modo tenemos que aceptarla y vivir con ella; la naturaleza no va a cambiar para evitar nuestros sentimientos. Pero si las ciencias sociales publican hallazgos profundamente perturbadores sobre el comportamiento humano o la sociedad, es un juego peligroso.

Toma este estudio, titulado «La forma más elevada de inteligencia: El sarcasmo aumenta la creatividad tanto de los que lo expresan como de los que lo reciben». Al leer el titular, podríamos aceptar o rechazar inmediatamente el estudio basándonos únicamente en nuestras experiencias personales, percepciones y valores. El estudio se centra en temas abstractos (el sarcasmo, la inteligencia y la creatividad) y las conclusiones se basan en promedios, por lo que es fácil introducir nuestro propio sesgo. Pero los promedios son poderosos cuando se trata del comportamiento humano. Los humanos nos parecemos más de lo que nos gusta admitir.

«Todo lo que nos rodea está diseñado para ser manipulable de un modo u otro, nos guste o no.»

La mayor parte de lo que hacemos como diseñadores gira en torno a los promedios y las ciencias sociales. Diseñamos productos y experiencias basándonos en cómo piensa y se comporta la mayoría de los humanos. Los mismos estudios que podríamos desestimar, asumiendo que no se aplican a nosotros, también los aprovechamos para que nuestros diseños funcionen.

Todo lo que nos rodea está diseñado para ser manipulable de una forma u otra, nos guste o no. Todo está diseñado para evocar emociones, para hacernos sentir o hacer algo de una determinada manera. La publicidad, por ejemplo, utiliza eficazmente las ciencias sociales para vender bienes y servicios al mayor número de personas posible.

Sin embargo, la percepción y la ética están sujetas a cambios, al igual que los límites y las reglas fundamentales de las ciencias sociales. Por eso debemos ser honestos con nosotros mismos, buscar más información, intentar demostrar que estamos equivocados y, a veces, aceptar que hay algunas verdades que quizá nunca lleguemos a comprender del todo.

Que tengas una gran semana,
Tobias

// Foto de cabecera por Asael Peña en Unsplash – ¡Gracias!

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