El 17 de octubre de 2000, el Helicobacter pylori, el «bicho» que causa muchas úlceras pépticas, podría ser también la causa de algunos de los horribles ataques de náuseas y vómitos que las mujeres embarazadas conocen como «náuseas matutinas». Eso es, al menos, lo que cree haber encontrado un equipo de investigadores de la Escuela de Medicina de Ponce, en Puerto Rico.
Pero otros expertos en enfermedades gastrointestinales no están tan convencidos, y dicen que es poco probable que el H. pylori esté detrás de lo que muchas mujeres consideran uno de los primeros -y más desagradables- síntomas del embarazo.
La doctora Nilda Santiago, investigadora clínica, y el doctor Álvaro Reymunde, profesor asociado de la Facultad de Medicina de Ponce, explican a WebMD que el 83% de las mujeres remitidas a una clínica del hospital para el tratamiento de los síntomas graves de las náuseas matutinas dieron positivo en la prueba de H. pylori.
Hace varios años se demostró que la infección era la principal causa de las úlceras de estómago. En la actualidad, los pacientes que presentan úlceras se someten a pruebas rutinarias de H. pylori, dice Reymunde. Si la prueba es positiva, los pacientes reciben un tratamiento antibiótico que elimina la infección, lo que a su vez permite que la úlcera se cure.
En el estudio presentado en la 65ª reunión científica anual del Colegio Americano de Gastroenterología en Nueva York, Santiago y Reymunde informaron de que también analizaron a un número casi igual de mujeres embarazadas que no declararon tener náuseas matutinas para determinar si el H. pylori también estaba presente en la sangre de esas mujeres. Ambos grupos de mujeres se encontraban en sus primeros tres meses de embarazo.
«Sólo el 7% de los controles sanos dieron positivo en la prueba de H. pylori», dice Santiago a WebMD.
El doctor Philip O. Katz, jefe de gastroenterología del Hospital de Graduados de Filadelfia, dice a WebMD que el estudio de Santiago y Reymunde es «provocativo», pero afirma que tiene fuertes reservas sobre los hallazgos.
Por ejemplo, dice, «las cifras de prevalencia en ambos extremos son sorprendentes». La prevalencia de H. pylori en las mujeres sin náuseas matutinas es «sorprendentemente baja, mientras que la prevalencia en el grupo sintomático es sorprendentemente alta.» Por término medio, entre el 20% y el 40% de las personas sanas son portadoras de infecciones silenciosas por H. pylori, lo que significa que no presentan síntomas, dice, y explica por tanto que «encontrar una prevalencia de sólo el 7% es sorprendente».