Por la doctora Vasudha Dhar, especial para Everyday Health
Como gastroenteróloga, me sorprende un poco que la gente no preste más atención a sus hábitos en el baño. Aunque no es el tema más agradable, realmente no hay manera más fácil de descubrir lo que está sucediendo dentro de su cuerpo que ver lo que sale de él.
Una de las mayores ideas erróneas sobre nuestros movimientos intestinales es la creencia común de que hay un resultado ideal. Hace unos años, un conocido médico sugirió que todos deberíamos esforzarnos por ver una «S perfecta» y que cualquier otra cosa podría indicar algún tipo de problema.
Después de este anuncio, mi calendario de citas se llenó durante semanas. Les expliqué a los pacientes preocupados que, de hecho, la afirmación general del famoso médico era incorrecta. El tracto gastrointestinal de cada persona funciona de forma diferente en función de una combinación de factores constantes y cambiantes: la genética, la hidratación, los hábitos dietéticos, el uso de medicamentos y los problemas de salud en curso.
Piensa en ello: a veces ciertos alimentos simplemente no te sientan bien, y en ocasiones no bebes suficiente agua. O quizás estés tomando una nueva medicación. Estos factores pueden cambiar la consistencia y el calibre de sus heces durante un corto período de tiempo, pero las cosas suelen volver a la normalidad en unos pocos días.
La frecuencia de las deposiciones también varía. No todo el mundo está preparado para defecar todos los días. Algunas personas tienen una cada pocos días mientras que otras van más de una vez al día. En cualquier caso, ambas cosas son normales.
Cambios en los hábitos intestinales
Lo que es importante tener en cuenta es cómo funciona normalmente su tracto gastrointestinal y cuál es la actividad intestinal típica para usted. Si nota un cambio prolongado, es cuando debe vigilar de cerca lo que está sucediendo. Además, si siente dolor u otros síntomas pronunciados, es el momento de llamar a su médico.
Tenga en cuenta que si sus heces cambian durante una semana o más, no significa necesariamente que el problema médico esté en su tracto gastrointestinal. Recientemente, vi a una paciente de unos cuarenta años que estaba preocupada porque sus heces habían pasado de ser regulares a tener una consistencia mucho más suelta y la frecuencia había aumentado. También estaba perdiendo peso.
Después de realizar sus análisis de sangre y otras pruebas diagnósticas, descubrimos que tenía hipertiroidismo (una tiroides hiperactiva), una condición en la que la glándula tiroides produce demasiada hormona tiroidea, lo que provoca síntomas que incluyen un metabolismo acelerado (causando una pérdida de peso repentina), aumento del ritmo cardíaco, sudoración y cambios en los movimientos intestinales.
5 señales de problemas intestinales
El cuerpo tiene una forma de expresarse cuando hay problemas en su interior cambiando sus movimientos intestinales. Aquí hay cinco señales de advertencia que no debes ignorar:
- Sangre en las heces. Si ves incluso una pequeña cantidad de sangre en tus heces de forma recurrente, acude a un médico. La sangre puede ser un signo de hemorroides o fisuras anales, pólipos de colon precancerosos o una enfermedad inflamatoria intestinal (EII). En el peor de los casos, podría ser un signo de cáncer.
- Cambio en la consistencia de las heces. Todo el mundo tiene ataques de diarrea de vez en cuando. Pero si solía tener deposiciones sólidas y ahora tiene diarrea con frecuencia, podría ser un signo de colitis ulcerosa o enfermedad de Crohn, dos tipos de EII – especialmente si también tiene dolor abdominal, sangrado y pérdida de peso.
- Cambio de color. Las deposiciones suelen ser de color marrón debido a la bilis, que se produce en el hígado. Si las heces son negras, puede ser un signo de hemorragia interna. Las heces verdes no suelen ser motivo de preocupación. El color de las heces también cambia en función del tipo de alimentos que se ingieren.
- Diarrea continua. La diarrea puede ser un signo de infección o de intolerancia alimentaria. La colitis ulcerosa y algunos otros trastornos microscópicos del colon pueden causar cambios en la frecuencia de las heces también. También puede ser el resultado de un cambio de medicamentos o de la enfermedad del intestino irritable.
- Estreñimiento. Si tiene una nueva aparición de estreñimiento, puede deberse a la falta de hidratación adecuada o a los efectos secundarios de un medicamento. El síndrome del intestino irritable (SII) también puede ser una consideración. Si sus síntomas no mejoran en unos días después de un aumento de líquidos, consulte a su médico.
Mejor estilo de vida, mejores intestinos
Las personas que lidian con problemas crónicos de baño deben ser evaluadas por un médico. La mayoría de las condiciones pueden ser tratadas con medicamentos y cambios en el estilo de vida. La enfermedad del intestino irritable es una de las condiciones más comunes que afectan al intestino grueso (colon). Provoca calambres, dolor abdominal, hinchazón, gases, diarrea y estreñimiento. Es una afección crónica que deberá controlar a largo plazo con dieta, ejercicio, control del estrés y medicación.
La mayoría de los problemas gastrointestinales pueden resolverse realizando sencillos cambios en su dieta y estilo de vida. Para los casos menos graves, los siguientes cambios en la nutrición y el ejercicio pueden resultar útiles:
- Come alimentos naturales sin procesar, incluyendo verduras ricas en fibra.
- Evita los edulcorantes artificiales, la fructosa, los aditivos químicos, el glutamato monosódico y el exceso de cafeína.
- Aumenta tu flora intestinal añadiendo a tu dieta alimentos fermentados de forma natural: chucrut, encurtidos y kéfir, por ejemplo.
- Añada un suplemento probiótico si no está obteniendo suficientes bacterias buenas de su dieta.
- Esfuércese por beber dos cuartos de agua al día.
- Haga ejercicio regularmente.
- Si utiliza medicamentos todos los días, pregunte al médico que se los recetó si podrían estar afectando a sus movimientos intestinales.
- Tome medidas para minimizar el estrés crónico.
Asegúrese de hablar con su médico antes de hacer cualquier cambio en su rutina de atención médica. Preste atención a sus movimientos intestinales del mismo modo que vigila su peso, se controla la presión arterial y se evalúa su ritmo cardíaco. Sus hábitos en el baño pueden ofrecer señales de advertencia de que algo puede no estar del todo bien, y que necesita ser revisado por un profesional médico.