Manejo de las roturas de retina

Si hay una tracción vitreorretiniana persistente, un agujero de retina operculado puede dar lugar a un DRR. Sin embargo, menos del 1% de los agujeros de retina operculados asintomáticos se convierten en DR.7 El tratamiento se considera para los agujeros operculados frescos que son grandes y localizados superiormente, o para los casos asociados a las muestras ominosas, tales como una hemorragia vítrea.12
Segundo seguimiento
El caso de nuestro paciente ilustró cuánto cuidado debe ser tomado para asegurar que el DR se maneja con eficacia. Al volver para una segunda visita de seguimiento dos semanas después de sus tratamientos con láser, se quejó de un aumento de los destellos y de las moscas volantes. El examen con dilatación del ojo izquierdo reveló una tracción vítrea en la cara inferior de su degeneración reticular.

Después de esta visita, recibió un tratamiento láser periférico de 360° en ambos ojos, como medida de precaución.
Opciones de manejo variadas
Las recomendaciones para el manejo de las roturas de retina son claramente variadas. Algunas roturas de retina se tratan exclusivamente, como un desgarro de colgajo sintomático, y otras roturas de retina simplemente requieren visitas de seguimiento anuales, como los agujeros de retina atróficos.7,20

La literatura no proporciona suficiente consenso para guiar el manejo de un desgarro de colgajo asintomático. Pero, al menos el 50% de los desgarros de herradura o de colgajo de retina sintomáticos no tratados, acompañados de una tracción vitreorretiniana persistente, causarán una DR clínica, a menos que el paciente sea tratado.19-21 Por lo tanto, el tratamiento urgente de estos desgarros es crucial. La creación inmediata de una adhesión coriorretiniana alrededor de estos desgarros sintomáticos reduce las posibilidades de DR a menos del 5%.21 Incluso un desgarro en herradura asintomático puede dar lugar a una DRR. Aproximadamente el 5% progresa a desprendimiento de retina, lo que hace que el diagnóstico oportuno de esta condición sea extremadamente importante.18

En 1974, Byer informó en su serie de desgarros de retina que ni un solo desgarro de retina asintomático progresó a un DRR clínico.20 El 60% de estos desgarros de retina fueron identificados como desgarros de colgajo asintomáticos. Sin embargo, otros estudios han demostrado que las roturas de retina asintomáticas (como los desgarros de colgajo asintomáticos) pueden dar lugar a DRR.2,18

La falta de acuerdo en la literatura se suma al reto de las directrices de gestión de ciertas roturas de retina. Las recomendaciones de la AOA pueden ayudar a manejar presentaciones variables.12 En presencia de una rotura de retina, múltiples factores de riesgo se asocian con una mayor propensión al desarrollo de una DRR. Deben tenerse en cuenta todos los signos y síntomas, en función del cuadro clínico que se presente y de los factores de riesgo asociados. Aunque la mayoría de las roturas de retina asintomáticas y no complicadas simplemente se controlan, hay que considerar la derivación de los pacientes que presentan factores de riesgo predisponentes.13,14,22 Por ejemplo, un paciente con antecedentes de desprendimiento de retina tiene un 10% de riesgo de desprendimiento en el otro ojo en presencia de una rotura de retina.2,23,24
Detección temprana, derivación oportuna
La detección temprana y la derivación oportuna de las roturas de retina son fundamentales. El tratamiento de las roturas de retina con fotocoagulación láser puede ser

necesario para prevenir el desarrollo de las RRD. La decisión de tratar es anecdótica, dependiendo del tipo de rotura y del cuadro clínico general, así como de los factores de riesgo. Una buena anamnesis, una cuidadosa exploración ocular con dilatación, con quizás depresión escleral, son fundamentales para hacer las recomendaciones adecuadas a nuestros pacientes.
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