Medita para mejorar tu salud mental

Como sociedad, es evidente que estamos experimentando las repercusiones físicas, emocionales y mentales del estrés sostenido. La multitarea se ha convertido en el ritmo, sin embargo, el impacto del estrés y el cortisol elevado en la salud de uno son innegables, lo que lleva a la ansiedad, la depresión, los trastornos gastrointestinales, el insomnio, la ira y la disminución de la productividad en el trabajo.

Incorporar descansos en el día está científicamente probado para crear una mente más centrada y creativa y mejorar el estado de ánimo. Antes, la meditación era una práctica esotérica que implicaba a un monje sentado en lo alto de una colina. Ahora, grandes empresas como Google y Aetna están implementando la práctica de la meditación y los individuos están descargando aplicaciones de meditación en su teléfono. La gente anhela tener tiempo para restablecerse, centrarse más y profundizar en sus conexiones.

Estereotipos sobre la meditación

  • Debes asumir una determinada postura tipo pretzelcomo una postura
  • Suscribirte a una determinada filosofía o religión
  • Empezarás a llevar largas túnicas
  • Evitas responsabilidades al «desconectar»
  • Te volverás impasible

Aclarar las cosas

¡Estos estereotipos no podrían estar más lejos de la realidad! La belleza de la meditación reside en su simplicidad… la respiración. Nuestra respiración es una herramienta increíblemente poderosa que reside en nuestro interior. Sin ella, dejamos de estar vivos. Al aprender a centrarte en tu respiración, tienes la capacidad de observar simplemente los pensamientos pasajeros y la gama de emociones que afloran, de observar sin juzgar y de practicar la autocompasión. El resultado es que obtienes una claridad saludable antes de elegir una acción.

Los beneficios de la meditación no han pasado desapercibidos en la comunidad médica. Los neurocientíficos e investigadores han ensalzado los beneficios de la meditación y su impacto en la fisiología del cerebro. Esto es sólo algo de lo que sabemos:

  • La dopamina, el neurotransmisor del «bienestar», se libera cuando estamos enamorados, cuando se nos presenta una comida que nos gusta o cuando recordamos pensamientos felices. Ahora los investigadores y los NIH están aprendiendo que este neurotransmisor, así como otros asociados con niveles más bajos de ansiedad (GABA) y la mejora del sueño (serotonina), también se incrementan con la meditación.
  • El desarrollo de la corteza prefrontal del cerebro se ve significativamente alterado por nuestras interacciones. Cuando estamos constantemente distraídos por el ajetreo de nuestra vida, no estamos permitiendo que el cerebro sintetice recuerdos y experiencias. Según el Dr. Daniel Amen, profesor clínico de psiquiatría de la Universidad de California en Irvine, «un cerebro acostumbrado a la estática y al ruido mientras recibe información, desarrollará la necesidad de recibir información de forma rápida para poder registrarla en el futuro».
  • La meditación ayuda a reducir los síntomas de ansiedad y depresión. Cuando se está quieto y se practica el no juzgar los pensamientos, se ha demostrado que hay una menor activación de la amígdala, el área del cerebro asociada con el estrés y la ansiedad. La meditación ayuda a que el cerebro no forme los patrones de pensamiento negativos asociados a la depresión leve-moderada.

Guía rápida de meditación

¡Como cualquier rutina de ejercicio o deporte, la meditación requiere práctica! Ninguno de nosotros tiene tiempo ocioso, pero si te comprometes, puedes encontrar 10 minutos en tu día. No necesitas el momento o el lugar perfecto. Crea el espacio y preséntate como lo harías para cualquier otra cita.

Para empezar tu propia práctica de meditación, prueba una de estas Meditaciones Guiadas de 3 a 5 minutos o sigue estos sencillos pasos:

  • Busca una posición cómoda ya sea sentado en el suelo, en una silla o en tu escritorio. Los pies apoyados en el suelo o con las piernas cruzadas.
  • Deja que tu cuerpo se sienta pesado pero relajado. Suaviza los músculos faciales y los hombros. Mantenga la espalda recta pero no rígida, con las manos libres.
  • Inspire profundamente por la nariz y exhale lenta pero uniformemente por la boca. Al inhalar, sienta que el aire de su respiración llega a cada parte de su cuerpo. Siga su respiración. Repite la respiración sin forzarla pero concentrándote en la inhalación y la exhalación. Continúe a su propio ritmo.
  • Si su mente divaga, ¡es normal! Simplemente utiliza tu respiración para observar los pensamientos errantes, sin juzgarlos, y devuelve tu atención a la respiración. Continúe respirando durante 5 minutos. Sé amable contigo mismo.
  • Nota cómo te sientes. Observa cada práctica por lo que te ofrece ese día. Aumenta el tiempo de meditación a 10 minutos una vez que te sientas cómodo con el proceso. Tal vez establezca una intención para volver a hacerlo durante un momento estresante de su día. Recuerda que siempre tienes tu respiración.
    • Katie Zupan-Lehman

      Katie Zupan-Lehman se licenció en Psicología y obtuvo un máster como Enfermera de Familia por la Universidad Case Western Reserve y es Practicante Certificada de Mindfulness. En su carrera, ha trabajado con algunas de las principales empresas de genética y profesionales de la salud mental en el campo, incluyendo Sequenom, Genomind, Merck, Scripps, Sharp, Amen Clinic y PsyCare. A través de estas experiencias, Katie quedó fascinada con el impacto del estilo de vida en la creciente epidemia de insomnio, depresión y ansiedad. Junto con su pasión por la conexión mente-cuerpo, las artes y el autocuidado, se unió a su socio para crear Thyme & Presence y DAILY PRESENTS.

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