Agile es el nuevo estándar de oro para la gestión de proyectos, primero asegurando un punto de apoyo en el desarrollo de software, pero también moviéndose en otras industrias. Abarcando una serie de enfoques diferentes como Scrum, XP y Kanban (por nombrar algunos), ha transformado la forma en que muchas organizaciones hacen la gestión de proyectos.
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Por supuesto, la pregunta del millón no es si Agile es popular o no. La pregunta es qué tan efectivo es y cómo puede ayudar a los equipos a desempeñarse mejor. Hoy vamos a ver las 7 ventajas más notables e impactantes de la gestión de proyectos Agile.
Superior calidad del producto
El modelo Agile está orientado a ofrecer valor de negocio desde el primer momento, por el poder de los ciclos incrementales rápidos. Las pruebas se realizan de forma regular y, a menudo, en forma de pruebas automatizadas. Además, la mayoría de los equipos ágiles también realizan revisiones frecuentes de los incrementos que entregan y del producto en su conjunto.
CONSTRUIR MEJORES PRODUCTOS
El objetivo de ambos conceptos es asegurar que el producto realmente funciona y minimizar los riesgos que conlleva su desarrollo. Lo ideal es que cualquier problema se identifique lo antes posible y luego sea abordado por todo el equipo.
Mejor satisfacción del cliente
Además, el entorno de alta transparencia fomenta la participación del usuario. Gracias al énfasis que pone Agile en hacer que el producto y el trabajo realizado en él sean visibles para las partes interesadas externas, esas mismas partes interesadas pueden expresar sus preocupaciones con mayor facilidad y proporcionar aportaciones que el equipo puede poner en marcha en el futuro.
Este tipo de enfoque minimiza las posibilidades de entregar productos que no tienen nada que ver con lo que los clientes querían en primer lugar. Además de esto, garantiza que las nuevas ideas procedentes de la dirección del cliente se implementen más fácilmente en el producto.
Flexibilidad y control
Agile permite a las organizaciones mantener un alto nivel de flexibilidad operativa, al menos en los casos en los que se adopta de forma genuina y no simplemente sobre el papel. Los costes de realizar cambios en cualquier punto son mínimos debido a la frecuencia de los nuevos incrementos y de las reuniones de sprint. Esto evita las grandes revisiones que son notoriamente derrochadoras.
SER FLEXIBLE PERO CON CONTROL
La mejora continua, la planificación y los bucles de retroalimentación están incorporados en el sistema. Así, una organización es capaz de adaptarse con éxito a los entornos y requisitos cambiantes. Esto también aporta un mayor control general del proyecto en la mayoría de las ocasiones.
Mejora del ROI
Las características del producto se entregan de forma incremental y sus beneficios se discuten ampliamente. Como resultado, los equipos ágiles pueden establecer un orden de prioridad de las características y asignar los recursos en consecuencia. Después de sólo un puñado de iteraciones, lo que se tiene es un producto listo para el mercado que puede ser lanzado rápidamente y luego mejorado.
Esto hace que sea más fácil hacer los movimientos iniciales en el mercado y empezar a ver los retornos del producto. En otras palabras, el ROI tiende a ser mayor que con los sistemas convencionales de gestión de proyectos. Además, las probabilidades de un fracaso total son significativamente menores.
Ventaja del primero en llegar
La siguiente en nuestra lista de ventajas de la gestión ágil de proyectos, y que está estrechamente relacionada con la anterior, es la llamada ventaja del primero en llegar, que obtienen los pioneros del sector que ocupan segmentos de mercado sin explotar. Esta posición aporta importantes ventajas de posicionamiento en el mercado que pueden acabar siendo cruciales.
Algunas empresas han conseguido aprovechar inmensos márgenes de beneficio y establecer una posición de tipo monopolio. Renunciar a la gestión ágil de proyectos y tratar de sacar un producto perfecto después de tres años de desarrollo miope suele dar lugar a un juego constante de ponerse al día, siempre que su producto no fracase por completo desde el principio.
Un equipo orientado a los resultados
Agile fomenta una cultura abierta de intercambio de ideas y cooperación dentro de los equipos. Estimula la colaboración del equipo, eleva la moral y define claramente todas las funciones y responsabilidades. Todos y cada uno de los miembros están al tanto de las tareas y prioridades más urgentes.
Juntos, se mueven al unísono y colaboran para perfeccionar su forma de trabajar. Los beneficios de un trabajo en equipo tan sólido suelen extenderse a todas las áreas de la empresa y elevan los resultados. Es un claro win-win.
Una estructura de equipo conductora
Hay una ventaja más de tener equipos impulsados por Agile. La forma en que están estructurados permite la personalización, la adaptabilidad al entorno y la autogestión. Aquellos que están cerca del proceso de trabajo real son los que están tomando decisiones, en lugar de que los gerentes dicten todo.
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Además de esto, la mayoría de los equipos ágiles también tendrán una manera formalizada de mejorar sus habilidades individuales y de equipo. Como resultado, no se convertirán en una máquina de producir características que sólo entregue líneas de código.
Conclusión
La gestión de proyectos tradicional está dejando paso a una nueva y valiente forma de hacer negocios. Si se hace bien, Agile permite a las empresas crear productos excelentes y deleitar a los clientes. La parte difícil es que la aplicación de la metodología con un mínimo de fricción no es un paseo por el parque.
Antes de sumergirse en, familiarizarse con los fundamentos y averiguar si esto es realmente el curso de acción de sonido. A continuación, encuentre una manera de capacitar al equipo para navegar y adaptarse al panorama de rápida evolución del desarrollo. Todo gira en torno a la entrega rápida de valor empresarial y productos de calidad.
La gestión ágil de proyectos podría ser su vehículo para el éxito, pero sólo si se hace bien.