Bellezas, ya hemos hablado de morderse las uñas y las cutículas, pero ¿sabías que hay otro hábito de mordisqueo nervioso? Morderse los labios y las mejillas. Roer el interior de las mejillas es más común de lo que crees. Desde lo accidental hasta lo crónico, hay una gran variedad de razones por las que se puede morder. Así que hablamos con Thomas P. Connelly, D.D.S., para descubrir los peligros de este mal hábito de belleza y cómo detenerlo. «Morderse las mejillas es masticar el interior de la boca, que a veces puede incluir los labios y la lengua», dice el Dr. Connelly. «Hay varias causas de morder las mejillas, pero a veces es simplemente accidental». ¿Alguna vez has intentado charlar mientras comes y has acabado mordiéndote el labio o la mejilla? A ese descuido -y a menudo doloroso- se refiere. El Dr. Connelly dice que otra razón para morder la mejilla es la mala alineación. Cuando sus dientes no están en la posición correcta, puede conducir a la masticación crónica de la mejilla, que puede ser problemática. Muchas veces, el hábito compulsivo no es más que «morder nerviosamente los labios y las mejillas, algo parecido a morderse las uñas», dice.
¿Y hasta qué punto es perjudicial este mordisqueo? «Morder las mejillas suele dejar llagas, que pueden ser peligrosas si se infectan», dice el doctor Connelly. Eso es en casos extremos. La mayoría de las veces, «el dolor crónico es probablemente el mayor daño», dice. Esta molestia es similar a la que se produce cuando uno se muerde las uñas demasiado cerca de la piel. Por no hablar de que una lesión abierta arderá cuando se coman alimentos ácidos, salados o picantes, lo que convertirá el consumo diario de alimentos en una experiencia dolorosa. El Dr. Connelly también explica que, aunque ha oído hablar de que las lesiones bucales son a veces una causa de cáncer oral, no cree que ningún estudio haya demostrado que los que se muerden las mejillas puedan ser más susceptibles de padecer cáncer. «Cualquier lesión bucal crónica podría desarrollar cáncer a largo plazo, pero la investigación y la palabra final son irregulares».
La solución a este hábito pasa por técnicas similares a las utilizadas para curar el hábito de morderse las uñas. «La solución puede ser algún tipo de sustituto o entrenamiento que elimine el hábito», dice el doctor Connelly. «Prueba a masticar un chicle sin azúcar para mantener la boca ocupada. O si te muerdes los labios, opta por un bálsamo o brillo labial con sabor. El sabor te hará tomar conciencia cada vez que te muerdas». La buena noticia: Al igual que las yemas de los dedos, «una vez que dejes de morderte, tu boca se curará sola», asegura el doctor Connelly.