Nube de Testigos (Devoción Artística)

Menabuoi, Giusto de'_Paraíso'_Paradise
Giusto de’ Menabuoi (italiano, ca. 1320-1391), Paraíso, ca. 1378. Fresco de la cúpula, Baptisterio de Padua, Italia.

Por tanto, ya que estamos rodeados de una nube tan grande de testigos, despojémonos también de todo peso y del pecado que nos aferra, y corramos con perseverancia la carrera que tenemos por delante, mirando a Jesús, el pionero y perfeccionador de nuestra fe, que por el gozo que le fue propuesto soportó la cruz, despreciando su vergüenza, y se ha sentado a la derecha del trono de Dios.

Hebreos 12:1-2

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CANCIÓN: «Una nube de testigos a nuestro alrededor (mil aleluyas)» | Palabras de Brian Wren, 1996 | Música de Gary Rand, 2015 | Interpretada por Gary Rand, Cindy Stacey y Dorian Gehring

Una nube de testigos a nuestro alrededor,
mil ecos del pasado,
proclaman a Aquel que nos liberó y encontró,
y nos guía, del primero al último.
Por tal don, elevemos todos
un millar de aleluyas.

Un carnaval de credos y culturas
desfilando por nuestra alabanza asentada,
con ritmos trepidantes, cantos y danzas,
expresa los caminos expansivos del Amor.
Cristo es nuestra canción. A Dios pertenecen
mil aleluyas.

Una muchedumbre, que clama dolor y rabia,
nos previene del orgullo nostálgico;
los gritos de la pobreza y el hambre
nos recuerdan al lado de nuestro Salvador.
Allí encomendamos, al Dios más justo,
mil aleluyas.

Una multitud de formas y sombras futuras,
un mundo que puede, o no puede ser,
nos nombra los servidores y los administradores
de todo lo que el Espíritu anhela ver.
En el temor nos inclinamos, y hacia adelante enviamos
mil aleluyas.

Un arco iris de niños,
la variada imagen de Dios, de todas las tierras,
despierta de nuevo nuestra visión fundadora,
que hacia adelante, se expande con urgencia.
Da todo, da más. Que el amor derrame
mil aleluyas.

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Catedral y Baptisterio de Padua
Catedral de Padua (izquierda) y Baptisterio (derecha). Foto: Peter Owen.
Bautisterio de Padua
Bautisterio de Padua, panorama interior. Foto: Nikola Sarnavka.

En el impresionante fresco de de’ Menabuoi, vislumbramos una representación de la gloria de la iglesia de Cristo. Vemos una miríada de santos rodeando a Jesús en un círculo, que en sí mismo, sugiere plenitud y eternidad sin fin. Esta grandiosa escena fue pintada en el techo de un baptisterio, una capilla destinada a unir a los nuevos creyentes con el Señor y su iglesia. Así, cuando los recién iluminados salían de las aguas del bautismo, veían una representación de aquello a lo que se acababan de unir: Jesucristo como el Señor de las Huestes, dispuesto en medio de su madre y de los diversos rangos de santos, una imagen del reino de Dios.

Padre Ignacio Valentín

La imagen de Cristo en el centro de la cúpula es del tipo conocido como Cristo Pantocrátor, que significa «Cristo Todopoderoso» o «Gobernante de Todo». En el libro que sostiene abierto se lee EGO SUM Α ω («Yo soy el Alfa y la Omega»).

Giusto de' Menabuoi_Cristo Pantocrátor' Menabuoi_Christ Pantocrator
Foto: Peter Owen

Para ver más frescos del Baptisterio de Padua, visite https://www.wga.hu/html_m/g/giusto/padua/index.html.

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