La imagen médica engloba diferentes modalidades y procesos de imagen del cuerpo humano con fines de diagnóstico y tratamiento y, por tanto, desempeña un papel importante en las iniciativas para mejorar la salud pública de todos los grupos de población. Además, la imagen médica se justifica con frecuencia en el seguimiento de una enfermedad ya diagnosticada y/o tratada.
La imagen médica, especialmente los exámenes basados en rayos X y la ultrasonografía, es crucial en una variedad de entornos médicos y en todos los niveles principales de la atención sanitaria. En la salud pública y la medicina preventiva, así como en los cuidados curativos y paliativos, las decisiones eficaces dependen de un diagnóstico correcto. Aunque el juicio médico/clínico puede ser suficiente antes del tratamiento de muchas afecciones, el uso de los servicios de diagnóstico por imagen es primordial para confirmar, evaluar correctamente y documentar la evolución de muchas enfermedades, así como para evaluar las respuestas al tratamiento.
Con la mejora de la política sanitaria y la creciente disponibilidad de equipos médicos, el número de procedimientos globales basados en la imagen está aumentando considerablemente. La obtención de imágenes eficaces, seguras y de alta calidad es importante para gran parte de la toma de decisiones médicas y puede reducir los procedimientos innecesarios. Por ejemplo, algunas intervenciones quirúrgicas pueden evitarse por completo si se dispone de servicios sencillos de diagnóstico por imagen, como la ecografía.