La cirrosis es una consecuencia de la enfermedad hepática crónica que se caracteriza por la sustitución del tejido hepático por tejido cicatricial fibroso, así como por nódulos regenerativos (bultos que se producen como resultado de un proceso en el que se regenera el tejido dañado),lo que conduce a la pérdida progresiva de la función hepática. La cirrosis suele estar causada por el alcoholismo, las hepatitis B y C y la enfermedad del hígado graso, pero tiene muchas otras causas posibles. Algunos casos son criptogénicos, es decir, de causa desconocida, pero la mayoría de ellos se deben probablemente a una enfermedad de hígado graso no reconocida previamente.
La ascitis (retención de líquidos en la cavidad abdominal) es la complicación más común de la cirrosis y se asocia con una mala calidad de vida, un mayor riesgo de infección y un mal resultado a largo plazo. Otras complicaciones potencialmente mortales son la encefalopatía hepática (confusión y coma) y las hemorragias por varices esofágicas. La cirrosis suele ser irreversible una vez que se produce, y el tratamiento suele centrarse en prevenir la progresión y las complicaciones. En los estadios avanzados de la cirrosis la única opción es el trasplante de hígado.
La palabra «cirrosis» deriva del griego kirrhos, que significa «leonado» (el color amarillo anaranjado del hígado enfermo). Aunque la entidad clínica era conocida con anterioridad, fue René Laennec quien le dio el nombre de «cirrosis» en su obra de 1819 en la que también describe el estetoscopio.
Plan de cuidados de enfermería para la cirrosis hepática NCP by deric
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