Por qué la intelectualización no siempre es saludable

Por: Alisen Boada

Actualizado el 27 de enero de 2021

Revisado médicamente por: Dr. Ángel Fe

¿Las emociones parecen obstáculos cuando estás bajo presión? Te cierras a ellas en favor de ser racional? Puede que estés intelectualizando para ayudar a lidiar con el estrés de una situación. Esto puede ser estupendo para superar los problemas inmediatos o darse tiempo para procesar ciertos acontecimientos. Sin embargo, si descubre que nunca sale del modo lógico, ni siquiera durante los conflictos cotidianos, es posible que, sin saberlo, esté intentando evitar enfrentarse a sus emociones. El dolor emocional no resuelto puede convertirse en problemas de salud mental continuos, como la ansiedad y la depresión, pero aprender a afrontar los sentimientos incómodos nos da la oportunidad de seguir adelante de forma saludable.

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Fuente: unsplash.com

Pero la conciencia de nuestras emociones no nos hace débiles ni menos racionales. Aprender a sentir las emociones difíciles en realidad mejora nuestra capacidad para trabajar con ellas. Puede parecer contraintuitivo al principio, pero los estudios demuestran que aceptar nuestras emociones puede ayudarnos a recuperarnos de las experiencias negativas más rápidamente. Puede que no nos propongamos evitar nuestras emociones a propósito, pero explorar por qué puedes intelectualizar y darte cuenta de cuándo ocurre son pasos poderosos para aprender a procesar las emociones con más habilidad.

Cómo reconocer la intelectualización

La resolución racional de problemas por sí sola no es un mecanismo de defensa. Sin embargo, cuando lo utilizamos constantemente para evitar lidiar con las emociones dolorosas, podemos negarnos la oportunidad de sanar de ellas. Hay muchas maneras de intelectualizar nuestros sentimientos. Puede ser investigando sin cesar los detalles de una enfermedad grave para evitar la ansiedad y la tristeza de la experiencia. O puedes enumerar las ventajas de volver a estar soltero en lugar de enfrentarte al dolor del rechazo tras una ruptura. También puede ser ocuparse de los preparativos del funeral hasta el punto de no tener tiempo para el duelo.
A diferencia de otros mecanismos de defensa, la intelectualización puede hacer que parezca que nos enfrentamos a la realidad de una situación. Por ejemplo, la intelectualización se confunde a veces con un mecanismo de defensa llamado racionalización. Ambos intentan utilizar la lógica para sortear nuestras emociones, pero mientras que la racionalización dobla los hechos para justificar nuestros deseos, comportamientos o emociones, la intelectualización implica mirar los hechos de forma objetiva para distanciarnos de las emociones.
De este modo, la intelectualización parece estar basada en la verdad, sólo que no en toda ella. La lógica tiene un papel necesario a la hora de enfrentarse a la vida, pero nuestra experiencia emocional también es esencial mientras navegamos por el mundo. Al igual que el dolor físico, el malestar emocional nos alerta de algo dentro de nosotros que necesita nuestra atención. Las emociones no pueden calificarse de buenas o malas, ni pueden definirse como algo que se puede experimentar o no. Son simplemente tu respuesta a la vivencia de algo. Es la forma en que elegimos manejar una emoción lo que determina cómo afectará a nuestras vidas.

¿Qué puedo hacer en su lugar?

En los momentos difíciles, la intelectualización puede ser un mecanismo de defensa útil para mantener la calma cuando es necesario actuar. Sin embargo, si descubres que no puedes detenerla, vale la pena explorar otras formas de gestionar tus emociones sin apagarlas por completo. Ser plenamente conscientes de nuestras experiencias, aprender a identificar nuestras emociones y encontrar apoyo en las personas de nuestra vida puede ayudarnos a cambiar nuestros patrones de actuación.

Mindfulness. Practicar la atención plena puede ayudarnos a ser conscientes de lo que sentimos en el momento. Esto implica notar los pensamientos, las emociones y el cuerpo sin evaluar ni tratar de darles sentido. Simplemente hay que reconocer las sensaciones tal y como se producen. La conciencia sin prejuicios puede darte pistas sobre si la ansiedad está influyendo en tu mentalidad. ¿Mantienes la tensión en alguna parte de tu cuerpo? ¿De dónde procede esa tensión? ¿Puedes sentarte con el malestar sin apartarlo?

Fuente: pexels.com

Pero la conciencia de nuestras emociones no nos hace débiles ni menos racionales. De hecho, aprender a contener los sentimientos difíciles en realidad mejora nuestra capacidad para trabajar con ellos. Puede parecer contraintuitivo al principio, pero los estudios demuestran que aceptar nuestras emociones puede ayudarnos a recuperarnos de las experiencias negativas más rápidamente. Puede que no nos propongamos evitar nuestras emociones a propósito, pero explorar por qué puedes intelectualizar y darte cuenta de cuándo ocurre son pasos poderosos para aprender a procesar las emociones con más habilidad.

Cómo reconocer la intelectualización

La resolución racional de problemas por sí sola no es un mecanismo de defensa, pero cuando la utilizamos constantemente para evitar lidiar con las emociones dolorosas, podemos negarnos la oportunidad de sanar de ellas. Hay muchas maneras de intelectualizar nuestros sentimientos. Puede consistir en investigar interminablemente los detalles de una enfermedad grave para evitar la ansiedad y la tristeza de la experiencia. O puedes enumerar las ventajas de volver a estar soltero en lugar de enfrentarte al dolor del rechazo tras una ruptura. También puede ser ocuparse de los preparativos del funeral hasta el punto de no tener tiempo para el duelo.
A diferencia de otros mecanismos de defensa, la intelectualización puede hacer que parezca que nos enfrentamos a la realidad de una situación. Por ejemplo, la intelectualización se confunde a veces con un mecanismo de defensa llamado racionalización. Ambos intentan utilizar la lógica para sortear nuestras emociones, pero mientras que la racionalización dobla los hechos para justificar nuestros deseos, comportamientos o emociones, la intelectualización implica mirar los hechos de forma objetiva para distanciarnos de las emociones.
De este modo, la intelectualización parece estar basada en la verdad, sólo que no en toda ella. La lógica tiene un papel necesario a la hora de enfrentarse a la vida, pero nuestra experiencia emocional también es esencial mientras navegamos por el mundo. Al igual que el dolor físico, el malestar emocional nos alerta de algo dentro de nosotros que necesita nuestra atención. Las emociones no pueden calificarse de buenas o malas, ni pueden definirse como algo que se puede experimentar o no. Son simplemente tu respuesta a la vivencia de algo. Es la forma en que elegimos manejar una emoción lo que determina cómo afectará a nuestras vidas.

¿Qué puedo hacer en su lugar?

En momentos difíciles, la intelectualización puede ser un mecanismo de defensa útil para mantenerte firme cuando es necesario actuar. Sin embargo, si descubres que no puedes detenerla, vale la pena explorar otras formas de gestionar tus emociones sin apagarlas por completo. Ser plenamente conscientes de nuestras experiencias, aprender a identificar nuestras emociones y encontrar apoyo en las personas de nuestra vida puede ayudarnos a cambiar nuestros patrones de actuación.

Mindfulness. Practicar la atención plena puede ayudarnos a ser conscientes de lo que sentimos en el momento. Esto implica notar los pensamientos, las emociones y el cuerpo sin evaluar ni tratar de darles sentido. Sólo hay que reconocer las sensaciones tal y como se producen. La conciencia sin prejuicios puede darte pistas sobre si la ansiedad está influyendo en tu mentalidad. ¿Mantienes la tensión en alguna parte de tu cuerpo? ¿De dónde procede esa tensión? ¿Puedes sentarte con el malestar sin apartarlo?

La intelectualización es común – pero ¿es buena para ti?
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Claridad emocional. Cuando estás acostumbrado a intelectualizar las emociones, parece que hay poca diferencia entre cómo pensamos en un sentimiento y cómo lo experimentamos. Decirte a ti mismo «sólo estoy cansado» como sustituto de la tristeza o la frustración enturbia tu capacidad de saber lo que realmente sientes. Ser capaz de comunicar claramente una emoción, aunque sólo sea a ti mismo, puede ayudarte a saber cómo aliviarla. Diferentes emociones exigen diferentes respuestas. Descubrir qué emociones se esconden realmente detrás de etiquetas comodín como «estrés» (por ejemplo, la ansiedad o la pena) mejora nuestra capacidad para manejarlas.

Pide apoyo. Los sentimientos difíciles tienden a hacer que nos aislemos, pero el apoyo social hace maravillas por nuestro bienestar emocional, sobre todo cuando tenemos dificultades. Los estudios demuestran que recibir el apoyo de las personas de nuestra vida mejora nuestra capacidad para afrontar retos como la ansiedad, la enfermedad y la pérdida. Cuando pedimos apoyo, los amigos y seres queridos de confianza pueden proporcionarnos un lugar seguro para hablar de nuestras experiencias. Esto puede darnos una nueva perspectiva de las cosas, señalarnos patrones de comportamiento que tal vez no hayamos notado, o simplemente darnos la oportunidad de sentirnos escuchados.

Explora nuevas formas de manejar las emociones

Puede que estemos tan acostumbrados a un mecanismo de defensa que no veamos completamente cómo afecta a nuestras vidas. Si nunca te han enseñado cómo o te han permitido sentarte con sentimientos difíciles, es comprensible que necesites un poco de ayuda para aprender a conectar con tus emociones de una manera que te resulte cómoda y fácil.

Si este es tu caso, puede que quieras considerar hablar con un consejero en persona o en línea. Un consejero puede ofrecer los beneficios adicionales de la experiencia, la visión y los recursos para aprender nuevas formas de abordar sus emociones.

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Cómo puede apoyarle BetterHelp

Los consejeros de BetterHelp pueden darle herramientas y orientación para explorar nuevas formas de manejar las emociones. Los mecanismos de defensa suelen estar arraigados en experiencias muy dolorosas. Puede llevar tiempo, paciencia y práctica cambiar los hábitos emocionales de toda la vida que hemos utilizado para sobrevivir a las malas situaciones. Contar con un experto a distancia y asequible que te apoye en la comodidad de tu casa y en el momento que más te convenga te permite avanzar a tu propio ritmo. Un consejero le ayudará a aprender nuevas estrategias de afrontamiento y a superar las dificultades que puedan surgir en el camino. Lea las siguientes opiniones para saber cómo los consejeros de BetterHelp han ayudado a personas en situaciones similares.

Opiniones de consejeros

«Una sesión y realmente aprecio la habilidad de Jennifer para ayudarme a empezar a trabajar con mi ansiedad y entender mejor los mecanismos en juego. Ella ya me ha dado una herramienta que estoy encontrando útil. Estoy deseando seguir trabajando con ella.»


«Valeh ha sido fundamental para ayudarme a procesar las emociones y las situaciones difíciles. Ella ha sido una increíble ayuda y guía en la navegación de mi bienestar emocional.»

Conclusión

La resolución racional de problemas y la conciencia emocional son igualmente valiosas para una vida saludable. Intelectualizar puede darle el tiempo y el espacio que puede necesitar para seguir adelante durante una situación dolorosa, para poder procesar sus sentimientos después. Sin embargo, también puede ser un mecanismo de defensa poco útil cuando se utiliza en exceso. Aprender a atender nuestras emociones con habilidad construye nuestra resiliencia general y apoya el bienestar mental a largo plazo. Dé el primer paso hoy mismo.

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