A veces sientes que estás en una racha ganadora en la vida. Estás pateando goles en el trabajo, tu vida en casa está llena de sonrisas y apoyo, estás en el objetivo en el gimnasio y tus amigos también lo están haciendo bien, lo que te alimenta con un impulso extra.
Seamos sinceros, estos momentos son raros. Normalmente las ruedas se han salido por algún lado. La realidad es algo así como… tu nuevo jefe te hace sentir miserable, no acabas de congeniar con tu pareja, te llega una factura inesperada que te trastoca las finanzas o un amigo lo está pasando mal.
Es más normal que la vida sea torpe e imperfecta. Una cosa va mal y, de repente, las fichas de dominó empiezan a chocar. Nuestros ojos se abren de par en par y el corazón se acelera cuando nuestra vida parece desmoronarse por las costuras.
¡Que no cunda el pánico!
Se dice que sabes que vienen grandes cosas cuando todo parece ir mal. En los momentos en los que la vida parece estar asfixiada por nubes grises y oscuras, recuerda que la vieja energía se está despejando para dar paso a la nueva.
Decirte a ti mismo esto es una buena manera de enviar el pánico, respirar profundamente y recordar que la buena energía está en camino.
Cuando hayas hecho eso, habrás puesto el freno con éxito. Nadie necesita pensamientos desbocados; ¡no pueden hacer nada bueno!
Siéntate contigo mismo y pregúntate qué te gustaría que ocurriera. Inmediatamente estarás retomando el control de tus pensamientos.
A veces hay que tener paciencia. La vida es una serie de ondas. Lo que parece malo al principio puede rodar en una dirección que no habrías previsto. Una ruptura puede permitirte emprender una nueva aventura o una tragedia puede unir a la gente. Hay bendiciones en cada lucha a la que te enfrentas, aunque no lo veas en el arrebato inicial de pánico.
Cuando las cosas van mal es importante recordar que lo peor en la vida es estancarse: una vida en pausa es una vida no vivida. El dolor es una parte necesaria del crecimiento y a veces las cosas tienen que empeorar antes de que se despliegue un nuevo camino.
Sólo porque estés luchando, no significa que estés fracasando. Las cosas buenas llevan su tiempo!
Cuando las cosas van mal…
- No… tomes grandes decisiones. Cuando te sientas desinflado y estés convencido de que tu vida se está deshaciendo, no tomes decisiones vitales importantes. Y no te vayas de compras irresponsables. En lugar de eso, céntrate en desterrar los pensamientos sombríos y quédate tranquilo.
- Permítete imaginar cómo te gustaría que fuera tu vida e imagina futuros éxitos. Los pensamientos influyen en tu vida. Las personas positivas no se creen la negatividad con la que corre su mente.
- No… entre en pánico. Recuerde que pulsar la pausa es una decisión activa; no es perezoso y no es una aceptación negativa.
- Haga… fomente la buena energía. Haz una limpieza de primavera de tu mente y cuerpo. Come de forma saludable y no permitas que tus pensamientos se enquisten en la negatividad. Sal a la calle, pasa tiempo con la gente que quieres, limpia el desorden, tómate un descanso de las redes sociales, duerme. Todas estas son formas de asegurarte de que estás preparado para el cambio positivo cuando llegue.
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