Muévete hacia dentro y aquieta tu mente mientras haces la transición paso a paso hacia Kurmasana.
PASO ANTERIOR EN YOGAPEDIA 3 Posturas de preparación para la Kumasana (Postura de la Tortuga)
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Beneficio: Alarga la columna vertebral; abre los hombros; ayuda a retirar los sentidos; aquieta la mente como preparación para la meditación
Paso 1
Siéntate en Dandasana con las piernas estiradas frente a ti y las manos en el suelo junto a las caderas. Presiona los muslos contra el suelo, flexiona los pies y levanta el pecho. Lleva las piernas a los bordes de la esterilla, con las rodillas tan anchas como los hombros. Respira un poco aquí.
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Paso 2
Dobla las rodillas y, manteniendo los pies flexionados, acércalos a las caderas. Extiende el pecho y los brazos hacia delante y hacia abajo entre las piernas.
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Paso 3
Dobla aún más las piernas, de modo que puedas colocar los hombros uno a uno bajo las rodillas. (Si esto es demasiado difícil, sigue trabajando en las flexiones hacia delante). Una vez ahí, estira los brazos hacia los lados. Enrolle los muslos hacia dentro y extienda la parte interior de los talones, sin crear tensión en los pies. Extienda la parte delantera del pecho y las clavículas hacia delante y hacia abajo con la ayuda de la presión de los muslos sobre los hombros o la parte superior de los brazos. Empuje los talones interiores hacia abajo y hacia delante para estirar y enderezar las piernas. El interior de los muslos debe permanecer en contacto con las costillas laterales.
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Paso 4
Inhala para seguir estirando los brazos y el pecho hacia los lados. Exhala para extender la columna vertebral hacia adelante. No fuerces las piernas; en lugar de eso, relájate y exhala para soltar todo lo que puedas en la postura. Si sientes dolor bajo las rodillas, lleva los brazos ligeramente hacia delante. Quédate unas cuantas respiraciones y luego sal lentamente de la postura. Repite unas cuantas veces.
Mantente seguro
Practicar Kurmasana es la práctica de respetar tus propias limitaciones. Estas limitaciones son diferentes de un día a otro, por lo que debes observar continuamente tu cuerpo y tu mente y asegurarte de que no estás luchando contra tus limitaciones. Para superarlas, trabaja lentamente, haciendo suficientes posturas preparatorias. De camino a la Kurmasana, puedes añadir más flexiones hacia delante y repetirlas si es necesario. Y no pasa nada si nunca llegas a la expresión completa de la postura. Kurmasana nos enseña tolerancia y compasión hacia nosotros mismos, así como hacia los demás.
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Acerca de nuestros profesionales
La profesora Gabriella Giubilaro comenzó a practicar yoga en 1973 en Florencia, Italia, con Dona Holleman. Ha estado en la India muchas veces para estudiar directamente con B.K.S. Iyengar, Geeta Iyengar y Prashant Iyengar y es la directora del Istituto Iyengar Yoga de Florencia donde enseña regularmente, además de sus talleres en todo el mundo. La modelo Laura Antelmi ha estudiado durante 29 años con Giubilaro, además de con B.K.S. Iyengar y Geeta Iyengar. Es propietaria del Centro de Yoga Iyengar de Boulder, en Colorado, e imparte talleres a nivel internacional.