¿Cómo encaja todo?
17 de junio de 2016
Creciendo como católico aprendí una buena cantidad de «información» a lo largo de los años sobre la Fe. El único problema era que toda esa «información» parecía no estar relacionada y, por tanto, no tenía sentido para mí. Lo que aprendía en una homilía o lo que leía en un libro, o incluso lo que hablaba con la familia y los amigos, nunca me llevó a profundizar en mi relación con Jesucristo, francamente porque era demasiado difícil tratar de recordar los hechos aparentemente inconexos. El núcleo del problema era que no conocía el fundamento de todo lo que creemos.
Cuando escuché a alguien contar La Historia de la Biblia en unos pocos minutos, me dije: «¡Ahora lo entiendo!». Me vino a la mente la divertida imagen de un tendedero. Los puntos principales de La Historia estaban en el tendedero y todo lo que aprendí podía ahora ser «atado» en el lugar apropiado. Todo se alineaba en un orden que tenía sentido y ahora entendía el panorama general de quién es Dios; lo que Él quiere; quién soy yo y cómo quiero responderle.
Así que aquí está el «tendedero». El punto principal de La Historia es que Dios te ama y quiere estar unido a ti.
La SANTÍSIMA TRINIDAD
Sólo hay un Dios pero en Dios hay tres Personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Llamamos a las tres Personas en un solo Dios la Santísima Trinidad. Dios es amor total, que se da a sí mismo, y desea compartir su amor contigo en una profunda amistad personal.
Dios crea al hombre y a la mujer por amor
Dios crea a Adán y a Eva para que se unan a Él en una relación de amor. Dios habita en el alma de Adán y Eva. A esto lo llamamos gracia – una participación en la vida de Dios.
Adán y Eva desobedecen a Dios, separándose de Él.
A través del Pecado Original, Adán y Eva se separan de Dios. Pierden el don de la gracia que Dios les había dado. Ya no están unidos a Dios en una relación de amor. No hay nada que Adán y Eva, o tú y yo, podamos hacer por nuestra cuenta para arreglar el problema del Pecado Original, que causa la separación de Dios.
Dios sigue amando a Adán y Eva aunque hayan pecado. Dios promete un Redentor.
Jesús, nuestro Redentor, no viene de inmediato porque Dios quiere que su pueblo vea y comprenda que no puede amarlo a Él, a sí mismo o a los demás sin su ayuda divina – su don de la gracia.
Dios le da a Moisés los Diez Mandamientos
Estos Mandamientos son Leyes de Amor para que sepamos cómo vivir para estar cerca de Dios, para vivir una vida de alegría y paz interior. Sin embargo, por mucho que lo intenten, el pueblo elegido por Dios sigue desobedeciéndole, eligiendo en contra de Su Amor – rechazando Sus Leyes dadas para protegerles, y protegernos, de una vida de vacío y miseria. Antes de la venida de Jesús, el pueblo es incapaz de ser fiel a Dios porque no tiene Su don de gracia – Su Vida Divina dentro de ellos.
Dios cumplió Su Promesa. El Salvador nace en un establo.
Jesús viene a estar entre nosotros y elige estas humildes circunstancias para que sepamos que Él es el Salvador de toda persona, tanto de los ricos como de los pobres.
A los 33 años, Jesús comienza su ministerio público, eligiendo a 12 Apóstoles, dándoles sus enseñanzas, estableciendo una Iglesia e instituyendo siete Sacramentos. Los Sacramentos son el medio a través del cual recibimos el don de la gracia de Dios, su vida divina dentro de nosotros. Esto muestra cuánto nos ama Dios al querer estar tan cerca de nosotros. Quiere habitar en nosotros. Dios Hijo se hizo Hombre para reunirnos con Dios en una relación de amor a través de su gracia recibida en los Sacramentos.
Jesús sufre mucho y muere en la Cruz
Jesús muere por amor a nosotros para que nuestros pecados puedan ser perdonados y podamos reunirnos con la Santísima Trinidad en una relación de amor a través de la gracia.
Jesús resucita de entre los muertos al tercer día.
Con su resurrección de entre los muertos, Jesús vence a Satanás, al pecado y a la muerte.
El Espíritu Santo en Pentecostés
Jesús envía a Dios el Espíritu Santo sobre María y los Apóstoles para darles el poder de manifestar públicamente la Iglesia católica: salen a enseñar, predicar y bautizar, así como a celebrar los otros seis sacramentos. En el Sacramento del Bautismo, la Persona del Espíritu Santo en la Iglesia devuelve al bautizado la gracia de Dios perdida por el pecado, reuniéndonos en una relación de amor con la Santísima Trinidad.
La Historia de la Familia de Dios
Dios desea que le conozcamos a través de una profunda amistad personal. Quiere que estemos tan cerca de Él, tan unidos a Él, que nos permite recibirlo en los Sacramentos a través de la única Iglesia que Jesús estableció.
Nuestra respuesta
¿Cómo debemos responder a La Historia? Agradece a Dios su amor personal por ti. Pide a Dios que te ayude a conocerle personalmente a través de la Persona de Jesucristo. Habla con Dios a menudo, como lo haces con cualquier amigo, sobre cualquier cosa que ocurra en tu vida, por pequeña que sea.
Ann Lankford
Directora de Catequesis y Evangelización