Pocas destrucciones del patrimonio cultural realizadas por el hombre han sido tan flagrantes como el bombardeo de los Budas de Bamiyán por los talibanes en 2001. Antes de la destrucción, los Budas Gigantes ya estaban desgastados por décadas de guerra y abandono, pero sólo se necesitaron unos minutos para acabar con los restos del sitio preislámico más majestuoso de Afganistán.
Desde su creación en el siglo VI, los Budas de Bamiyán han sido las estatuas de Buda más grandes al oeste de China, y se alzaron majestuosamente en las llanuras, por lo demás sin rasgos, del centro de Afganistán. Había dos estatuas principales, de 53 y 35 metros de altura respectivamente, que representaban a un Buda Vairocana y a un Buda Shakyamuni. Varias estatuas de Buda más pequeñas adornaban los alrededores. Alrededor de las estatuas había también varias celdas monásticas sin decorar, que habían sido, al igual que los Budas gigantes, excavadas en los acantilados.
Inmediatamente después de la etapa más caliente de la guerra contra los talibanes en 2002, se dieron los primeros pasos para reconstruir los Budas, y toda la zona ha sido investigada, etiquetada y cartografiada a fondo para la reconstrucción. Durante este proceso se redescubrieron varias cuevas budistas pintadas con colores brillantes. En 2008, se descubrió una estatua desconocida de 19 metros de largo de un Buda Reclinado durante la búsqueda de un Buda Gigante Reclinado semimítico de 300 metros de largo que supuestamente está escondido en la región.
El Buda de 300 metros de largo fue mencionado por un monje chino en el siglo VII, y dada su detallada descripción de los dos Budas de pie, los historiadores no descartaron del todo sus comentarios sobre el tercero. Si esta estatua existió realmente y fue redescubierta, sería con mucho la estatua de Buda más grande del mundo.
Cuando los talibanes decidieron destruir los Budas, esto provocó la protesta de la comunidad internacional. Varios países trataron de impedir que los talibanes destruyeran los Budas mediante diversas ofertas, como comprar las estatuas y trasladarlas a otro país. Pero como los talibanes no estaban dispuestos a considerar estas propuestas, el mundo tuvo que asistir impotente al bombardeo de los antiguos colosos.
Dado el empeoramiento de la situación de seguridad en el país en los últimos años, no parece probable que los Budas Gigantes vayan a ser reconstruidos en breve. Incluso la UNESCO ha roto las esperanzas de que la reconstrucción del otrora Patrimonio de la Humanidad tenga lugar en un futuro próximo, afirmando que probablemente será un proyecto a largo plazo.
Así, los nichos de roca desnudos, que una vez albergaron a los Budas Gigantes, seguirán sirviendo por ahora como un duro recordatorio de la ignorancia hacia otras culturas y de la pérdida de un importante superviviente de la historia preislámica de Afganistán.