¿Qué necesito saber sobre el ejercicio y la fibrilación auricular?
Para empezar, hay algunos datos importantes que hay que saber sobre la fibrilación auricular y el ejercicio. Algunas personas descubren que el ejercicio parece provocar que su corazón entre en fibrilación auricular, y su frecuencia cardíaca se mantiene más cerca de lo normal cuando están en reposo.
Varios estudios sugieren que la fibrilación auricular es más común entre los atletas entrenados, e incluso los atletas previamente entrenados tienen un mayor riesgo de desarrollar fibrilación auricular en comparación con una población no atlética o sedentaria. Esto parece ser especialmente cierto en el caso de los atletas de mayor edad y de los atletas de resistencia que siguen entrenando a los 40 y 50 años. Aunque muchas de las razones son especulativas, los estudios sugieren que los años de ejercicio intenso contribuyen tanto a la inflamación crónica como a los cambios fisiológicos en la aurícula que acaban provocando un mayor riesgo de desarrollar fibrilación auricular. En algunos casos, se recomienda desentrenar para reducir los riesgos y aliviar los síntomas.
La fibrilación auricular puede reducir la capacidad de bombeo del corazón. Durante el ejercicio, el cuerpo necesita una mayor cantidad de sangre para que sea eficiente. Si el corazón es menos eficiente, puede notar que se fatiga con más facilidad.
- Si experimenta síntomas de mareo o fatiga, no se castigue por «pereza» ni decida que está «fuera de forma» y que debería esforzarse más.
- La fatiga o el mareo pueden ser una pista importante sobre la capacidad de su corazón para mantener las exigencias del ejercicio. Tome nota y hágaselo saber a su proveedor de atención médica.
- Comience lentamente, especialmente si no ha estado haciendo ejercicio con regularidad.
- Empezar suavemente con diez o quince minutos unas cuantas veces a la semana puede ayudarle a evaluar si su ejercicio hace que su corazón entre en AFib.
- Recuerde que algunas personas no son conscientes de los síntomas, por lo que se le puede aconsejar que controle su corazón inicialmente.
- Si su proveedor de atención médica le ha recomendado que controle su frecuencia cardíaca o que utilice un lector de electrocardiograma para teléfonos inteligentes, averigüe si tiene instrucciones especiales para controlar la actividad de su corazón durante o después del ejercicio.
- Si sus medicamentos para la fibrilación auricular evitan que su frecuencia cardíaca aumente, suele indicar que los medicamentos están haciendo un buen trabajo para controlar su frecuencia cardíaca.
- Si su objetivo es alcanzar una frecuencia cardíaca determinada y los medicamentos parecen impedirle alcanzar su objetivo, considere la posibilidad de pedir a su médico una prueba de esfuerzo alternativa, como medir la facilidad para hablar, cantar o mantener una conversación durante el ejercicio. Éstas pueden ser buenas para comprobar su nivel de esfuerzo, independientemente de lo que indique la frecuencia del pulso.
- Seguirá cosechando los efectos beneficiosos del ejercicio, incluso si su frecuencia cardíaca se ve reducida por la medicación.
Con la fibrilación auricular, el ritmo y la frecuencia de su corazón pueden cambiar durante el ejercicio. Algunas personas con AFib descubren que su frecuencia y ritmo cardíacos se mantienen más cerca de lo normal cuando su cuerpo está en reposo o relajado, pero la actividad física intensa hace que su corazón entre en fibrilación auricular.
Los medicamentos para la fibrilación auricular pueden alterar la respuesta de su cuerpo al ejercicio. Los pacientes que toman medicamentos para ralentizar su frecuencia cardíaca pueden descubrir que su frecuencia cardíaca no aumenta tanto como normalmente esperan con el ejercicio.
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