¡Felicidades! Has llegado al final de una primera cita estupenda. Ha sido una velada llena de química y compatibilidad. Sin meteduras de pata, sin derrames de vino, sin usar accidentalmente el nombre de tu ex. Ahora viene la incómoda, pero importante cuestión de cómo despedirse – por ahora.
La dinámica de la despedida es importante tanto para evaluar la primera cita como para predecir si habrá una segunda. Para complicar las cosas, las investigaciones revelan que los hombres y las mujeres ven el proceso de manera diferente.
En cuanto al contacto físico, una investigación realizada por Marisa Cohen (2016) con 390 participantes predominantemente heterosexuales indicó que las mujeres perciben que un saludo de despedida o un apretón de manos al final de la noche indica que su cita no estaba interesada en ellas. Los abrazos y los besos, en cambio, indican atracción. El contacto físico al final de la cita no fue tan significativo para los hombres, que se centraron en otras indicaciones de atracción, como los temas de conversación.
Pero la pregunta sigue siendo: Después de que la primera cita haya terminado oficialmente, ¿ahora qué?
¿Quién inicia una segunda cita?
Algunos de vosotros recordaréis esta cita de la película He’s Just Not That Into You:
«Hola Conor, soy Gigi, pensaba que no había tenido noticias tuyas, y me refiero a lo estúpido que es que una chica tenga que esperar la llamada de un chico de todas formas, ¿no? Porque todos somos iguales, ¿verdad? Más que iguales. Más mujeres son aceptadas en la escuela de derecho ahora que los hombres. Llámame, oh, soy Gigi, llámame».
Según la investigación, el enfoque de Gigi no es la mejor idea. Después de la primera cita, los hombres prefieren tomar la iniciativa para organizar una segunda. Cohen descubrió que los hombres expresaron su deseo de ser «cazadores», prefiriendo ser ellos los que inicien el contacto después de una cita, en lugar de que la mujer se ponga en contacto con ellos.
Sin embargo, si eres una mujer que practica la proactividad en todos los demás aspectos de tu vida, el juego de la espera después de la primera cita puede parecer poco natural, porque requiere paciencia. Y como tu agenda se llena rápidamente, si va a haber una segunda cita, quieres apuntarla en el calendario pronto, o temes quedar totalmente ocupada. Resiste la tentación de preocuparte por esto. Incluso las personas muy ocupadas se las arreglan para encontrar tiempo para reunirse si lo desean. Además, el hecho de que tengas una vida plena puede hacerte aún más atractiva.
Irónicamente, cuando una pareja finalmente decide ponerse en contacto con una mujer, las investigaciones indican que le gustaría tener noticias de ella más pronto que tarde: Cohen descubrió que cuando los hombres se ponen en contacto después de una primera cita, quieren una respuesta inmediata. Ahora la pelota está en tu tejado para decidir qué es un retraso razonable por tu parte.
Es una relación, no una carrera
Hablando de retrasos, cuando se trata de cultivar una relación exitosa, la investigación revela el valor y la sabiduría de progresar lentamente, tanto emocional como físicamente. En una muestra de 10.932 personas en relaciones románticas no casadas, Willoughby et al. (2014) descubrieron que retrasar el inicio de la actividad sexual estaba positivamente relacionado con el resultado de la relación. Sus resultados apoyan una investigación anterior de Busby et al. (2010) que demuestra la teoría de la restricción sexual, indicando que abstenerse de tener relaciones sexuales hasta el matrimonio (en comparación con iniciar la actividad sexual al principio de la relación) dio lugar a mejores matrimonios en términos de satisfacción marital, calidad sexual y comunicación.
En resumen, la investigación apoya la conclusión de que, de forma similar a la consecución de otros objetivos en la vida, una buena relación es un maratón, no un sprint. Expresar el disfrute y la gratitud al final de una primera cita allana el camino para una segunda, al dar a la pareja interesada la confianza y el valor para pedir una segunda cita. Y avanzar lentamente, tanto emocional como físicamente, permite a ambas partes conocerse a un ritmo cómodo, allanando el camino para un futuro saludable.