¿Qué son los triglicéridos?

Los triglicéridos son compuestos lipídicos formados por un glicerol esterificado a 3 cadenas de ácidos grasos de diferente longitud y composición. Estas cadenas de ácidos grasos pueden ser saturadas o insaturadas, y la composición química de cada cadena es diferente. Cada cadena está formada por átomos de carbono e hidrógeno con cadenas variables de enlace simple o doble, según el grado de saturación o insaturación. Los triglicéridos están formados por cadenas mixtas, y la comparación estructural entre las cadenas es de naturaleza heterogénea.

El triglicérido es el compuesto lipídico dietético más abundante que se encuentra en toda la dieta y es el método con el que se almacena la energía en el organismo. La digestión inicial de los triglicéridos de la dieta tiene lugar con la lipasa pancreática, que hidroliza una cadena de ácidos grasos a la vez para formar 2 cadenas de ácidos grasos libres (FFA) y un compuesto de 2 monoglicéridos (2MG) por cada triglicérido. Las sales biliares se liberan en el duodeno en respuesta a la liberación de colecistoquinina que se produce en presencia de compuestos lipídicos dentro de la ingesta. Las sales biliares ayudan a formar micelas de lípidos, que crean una superficie hidrofílica con un núcleo hidrofóbico de moléculas de lípidos, incluidos los FFA.

La absorción de los compuestos lipídicos en el enterocito para su uso bioquímico se produce a través de la difusión a través de la membrana celular y también a través de los transportadores de lípidos que se encuentran en el lado luminal del enterocito. Una vez en el enterocito, las cadenas de FFA y los compuestos 2MG se transportan al retículo endoplásmico, donde se reforman en triglicéridos y se empaquetan en quilomicrones en el aparato de Golgi para recibir apolipoproteínas específicas de los quilomicrones, concretamente la apo B48, que es un marcador de quilomicrones TG. Estos quilomicrones recién formados son entonces liberados del enterocito y transportados a la circulación por el sistema linfático.

Una vez en la circulación, los quilomicrones ricos en triglicéridos pasan a través de la vasculatura, donde se someten a un complejo proceso de intercambio de proteínas mediado por las HDL y, en función de este proceso de intercambio de proteínas, son recibidos en el hígado para su posterior metabolismo y empaquetamiento o se someten a la delipidación en la superficie endotelial vascular por la lipoproteína lipasa (LPL). La mayor proporción de quilomicrones que contienen triglicéridos de la dieta se someten a la captación hepática, donde los triglicéridos se empaquetan en lipoproteínas de muy baja densidad (VLDL) para su transporte a los tejidos periféricos.

La VLDL es el principal transportador de triglicéridos y FFA en el suero y se sintetiza dentro del hepatocito, mientras que un porcentaje menor de FFA viaja en una forma no esterificada, que se acompleja a la albúmina para su transporte. Una vez que la VLDL se libera en el suero, viaja a los tejidos periféricos donde se somete a una cascada de delipidación, y el triglicérido es eliminado por la LPL en múltiples sitios receptores de LPL a lo largo del endotelio. Tras la delipidación, se forma un remanente de VLDL (IDL), que ha liberado la mayor parte del triglicérido originalmente empaquetado y es eliminado por el hígado o transformado en LDL por el proceso de intercambio de proteínas del suero.

El triglicérido es el principal compuesto de alta energía para el almacenamiento de energía que suministra 9 Kcal/g de FFA. Aquellos lípidos destinados a ser almacenados son reconocidos y eliminados de las VLDL por la LPL, así como por proteínas transmembrana específicas de almacenamiento que ayudan en un proceso de formación de gotas de lípidos dentro de los adipocitos y el tejido muscular para su posterior uso como fuente de energía. La liberación de triglicéridos de los almacenes de lípidos comienza bajo factores de estrés metabólico cuando el suministro de nutrientes sistémicos circulantes no es suficiente para satisfacer la demanda de energía metabólica.

La regulación de las enzimas necesarias para la lipólisis se produce a través de vías mediadas por el monofosfato de adenosina cíclico (AMPc) e independientes del AMPc que activan la lipasa de triglicéridos adiposos, la lipasa sensible a las hormonas y la lipasa de monoacilglicerol, que hidroliza los enlaces éster de los triglicéridos almacenados produciendo glicerol y cadenas de FFA. El glicerol se somete a la eliminación celular a través de las acuaporinas transcelulares, y los FFA se trasladan al suero, se esterifican o se metabolizan en moléculas de señalización.

Una vez que los FFA han sido liberados de los adipocitos para su uso en la producción de energía, son transportados y recibidos por las células para su metabolismo y movilizados a las mitocondrias intracelulares y a los peroxisomas para su uso. Estos compuestos lipídicos sufren la oxidación de los ácidos grasos, proporcionando acetil-CoA para la cetogénesis hepática y sustratos para la producción de energía a través de la fosforilación oxidativa.

Los triglicéridos y los FFA han sido implicados en la formación de la enfermedad aterosclerótica. La elevación de los triglicéridos es un marcador de niveles elevados de lipoproteínas aterogénicas que contienen triglicéridos y FFA. Como se ha mencionado anteriormente, la elevación de los triglicéridos puede indicar resistencia a la insulina en el contexto de niveles bajos de HDL y elevados de LDL. Los pacientes con este perfil lipídico suelen tener elevadas las VLDL, las partículas pequeñas de LDL y HDL, y presentan niveles elevados de quilomicrones circulantes, lo que sitúa a los pacientes en riesgo de sufrir una enfermedad coronaria. La hipertrigliceridemia es un factor de riesgo clínico para la enfermedad arterial coronaria (EAC), especialmente cuando hay un nivel bajo de HDL, y debe considerarse un factor de riesgo continuado a pesar del control adecuado del colesterol LDL.

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