Cuando se resume o parafrasea la información de otra persona en varias frases o más, resulta incómodo poner una cita al final de cada frase que se escribe. También es incómodo de leer. Sin embargo, técnicamente, la APA exige que el lector sepa exactamente qué información has obtenido de otra persona y cuándo empiezas a utilizarla. Por lo tanto, una cita al final del párrafo no cumple con ese requisito.
Solución: Utiliza una introducción al principio de tu párrafo. Básicamente, introduce la fuente que estás resumiendo o parafraseando al principio del párrafo. Luego, remítase a la fuente cuando sea necesario para asegurarse de que su lector entienda que sigue utilizando la misma fuente.
Para ver ejemplos de lo «malo», lo «feo» y lo «bueno», vea a continuación:
Malo. En este párrafo, la cita ocurre sólo al final, y el lector no sabe exactamente cuándo/donde viene la información de la fuente. No haga esto:
Las ranas son excelentes especies indicadoras para medir la salud de los humedales. Son muy sensibles a los cambios de pH causados por la lluvia ácida, y también son muy sensibles a diferentes tipos de contaminación. Cuando las poblaciones de ranas en un humedal caen en picado, se puede estar seguro de que algo va mal en el humedal. Cuando aparecen rarezas en la morfología de las ranas, como ranas con cinco patas o dos cabezas, se puede suponer que algo va mal en el entorno del humedal (Willemssen, 2010).
Correcto pero feo. Este párrafo es técnicamente correcto para APA, pero es difícil de leer en gran parte porque las citas dentro del texto son intrusivas y torpes:
Las ranas son excelentes especies indicadoras para medir la salud de los humedales. Son muy sensibles a los cambios de pH causados por la lluvia ácida, y también son muy sensibles a diferentes tipos de contaminación (Willemssen, 2010). Cuando las poblaciones de ranas en un humedal caen en picado, se puede estar seguro de que algo va mal en el humedal (Willemssen, 2010). Cuando aparecen rarezas en la morfología de las ranas, como ranas con cinco patas o dos cabezas, también se puede suponer que algo va mal en el entorno del humedal (Willemssen, 2010).
Bien. Estos párrafos son «APA correctos» y fáciles de leer. Tenga en cuenta que el lector sabe exactamente cuándo/donde se utiliza la información de la fuente:
Muestra 1
Las ranas son excelentes especies indicadoras para medir la salud de los humedales. Según un estudio reciente de Willemssen (2010), las ranas son muy sensibles a los cambios de pH causados por la lluvia ácida, y también son muy sensibles a diferentes tipos de contaminación. El estudio señala que cuando las poblaciones de ranas en un humedal caen en picado, se puede estar seguro de que algo va mal en el humedal. Cuando aparecen rarezas en la morfología de las ranas, como ranas con cinco patas o dos cabezas, se puede asumir que algo va mal en el entorno del humedal (Willemssen, 2010).
Muestra 2
Las ranas son excelentes especies indicadoras para medir la salud de los humedales. Willemssen (2010) se refiere a una investigación llevada a cabo recientemente en Wisconsin que muestra que las ranas son muy sensibles a los cambios de pH causados por la lluvia ácida, y también son muy sensibles a diferentes tipos de contaminación. Su investigación indica que cuando las poblaciones de ranas en un humedal caen en picado, se puede estar seguro de que algo va mal en el humedal. Además, termina señalando que cuando aparecen rarezas en la morfología de las ranas, como ranas con cinco patas o dos cabezas, también se puede asumir que algo va mal en el entorno del humedal.
Muestra 3
Las ranas son excelentes especies indicadoras para medir la salud de los humedales. Willemssen (2010) ha realizado recientemente una investigación en Wisconsin que demuestra que las ranas son muy sensibles a los cambios de pH causados por la lluvia ácida, y también son muy sensibles a diferentes tipos de contaminación. La investigación de Willemssen indica que cuando las poblaciones de ranas en un humedal caen en picado, se puede estar seguro de que algo va mal en el humedal. Una cita muy reveladora de la investigación de Willemssen es que «el 87% de los humedales donde se encuentran ranas de dos cabezas tienen altos niveles de contaminación ambiental» (p. 341).