El diagnóstico del síndrome de Peutz-Jeghers se basa principalmente en la presencia de ciertos síntomas, como pólipos intestinales hamartomatosos (benignos, no cancerosos), alteración de la pigmentación de la piel y de las membranas mucosas, y/o antecedentes familiares de SPJ.
Los síntomas del síndrome de Peutz-Jeghers pueden variar dentro de una misma familia. Algunos individuos afectados pueden tener sólo pólipos o una pigmentación alterada, mientras que otros pueden desarrollar síntomas más extensos. Dado que las personas con SPJ suelen mostrar síntomas sutiles, es posible que esta enfermedad esté infradiagnosticada en las familias y que más individuos con síndrome de Peutz-Jeghers hayan heredado la enfermedad de sus padres de lo que se piensa actualmente.
Pólipos intestinales
Los pólipos que se observan en los individuos con síndrome de Peutz-Jeghers se encuentran con mayor frecuencia en el intestino delgado, pero también pueden aparecer en el estómago y el intestino grueso. Durante la infancia, los pólipos no suelen ser cancerosos, pero pueden sangrar y causar anemia (disminución del nivel de glóbulos rojos sanos) y bloquear los intestinos. La edad a la que se observan los pólipos por primera vez en individuos con SPJ puede variar entre las familias. Un estudio mostró que los niños mostraban con mayor frecuencia sus primeros síntomas gastrointestinales a la edad de 10 años, y los niños se sometían con mayor frecuencia a la primera extirpación de pólipos (polipectomía) a la edad de 13 años (Amos et al., 2004).
Pigmentación mucocutánea
La pigmentación mucocutánea (alteración de la coloración de la piel, las encías y otras membranas mucosas) rara vez está presente al nacer, pero se desarrolla durante la primera infancia (normalmente antes de los 5 años) en forma de manchas planas de color azul oscuro a marrón oscuro alrededor de la boca, los ojos y las fosas nasales; en la zona peri-anal; en las encías; y en los dedos. Las manchas pueden desaparecer en la pubertad y en la edad adulta. Un informe estima que el 82% de los pacientes con síndrome de Peutz-Jeghers tienen pecas (Amos et al., 2004). Esto significa que aproximadamente el 18 por ciento de los pacientes no tienen pecas pero siguen teniendo riesgo de desarrollar otras características del SPJ.
Antecedentes familiares
Una revisión cuidadosa y detallada de los antecedentes médicos y familiares de una persona es importante para diagnosticar el síndrome de Peutz-Jeghers. Un médico o asesor genético puede construir un pedigrí, o un árbol genealógico de varias generaciones, que muestre qué miembros de la familia han desarrollado cáncer, los tipos de cáncer y las edades de aparición, así como la presencia de cualquier síntoma. Si el patrón de síntomas y/o cánceres es sugestivo del síndrome de Peutz-Jeghers, el médico o consejero puede recomendar que se realicen pruebas genéticas.
Pruebas del síndrome de Peutz-Jeghers (SPJ)
Las pruebas genéticas pueden confirmar a nivel molecular si un individuo tiene el síndrome de Peutz-Jeghers:
- Primero, se obtiene una muestra de sangre o saliva.
- Se aísla el ADN de la muestra y se evalúan las dos copias del gen STK11 mediante diversos métodos y se comparan con la secuencia de referencia normal para STK11.
- Si se identifica una alteración en una de las copias del gen STK11, el asesor genético puede examinar a continuación si la alteración se ha notificado previamente en otros individuos con síndrome de Peutz-Jeghers.
Esta información podría reforzar aún más la conclusión de que la alteración de STK11 fue la causa de los síntomas en el individuo.
En individuos con un diagnóstico clínico de SPJ, las pruebas genéticas moleculares del gen STK11 revelan alteraciones causantes de la enfermedad en aproximadamente el 100 por ciento de los individuos que tienen una historia familiar positiva. Aproximadamente el 90 por ciento de los individuos con diagnóstico clínico pero sin antecedentes familiares de síndrome de Peutz-Jeghers presentan una alteración en STK11. Sin embargo, no todos los pacientes con síndrome de Peutz-Jeghers son portadores de una alteración detectable en el gen STK11. Por lo tanto, el hecho de no identificar una alteración en el gen STK11 no excluye el diagnóstico de SPJ.
Los resultados de las pruebas genéticas de STK11 también pueden proporcionar información importante para otros miembros de la familia. Conocer la alteración específica que está presente en una persona con síndrome de Peutz-Jeghers permite que otros miembros de la familia se sometan a pruebas para determinar si también son portadores de la alteración y, por tanto, podrían desarrollar las características del SPJ.