La mula-jenny retorcía las mechas utilizando rodillos a la manera del bastidor de Arkwright, mientras que el carro del huso se movía hacia adelante y hacia atrás 54 pulgadas para estirar el hilo, y luego para recogerlo en los husos de hilado a la manera de la jenny de Hargreaves. La importancia de la mula consistía en que podía hilar el hilo mejor de lo que se podía hacer a mano, lo que permitía obtener un hilo cada vez más fino. El hilo grueso (40s) se vendía a 14 chelines la libra mientras que (80s) hilado en su mula se vendía a 42 chelines la libra.
Como la mula no estaba patentada otros pronto la fabricaron. La máquina se construyó en hierro, se aplicó energía para asistir el movimiento hacia adentro en 1790 y para 1834 era totalmente automática o autoactiva. Una encuesta realizada en 1812 mostró que había entre 4 y 5 millones de husos de mula en uso. Crompton no recibió derechos de autor por su invento.
En 1800, se recaudó una suma de 500 libras en su beneficio mediante una suscripción, y cuando en 1809, Edmund Cartwright, el inventor del telar mecánico, obtuvo 10.000 libras del parlamento, Crompton estaba decidido a solicitar una subvención. En 1811, recorrió los distritos manufactureros de Lancashire y Escocia para recopilar pruebas que demostraran el amplio uso de su mula, y en 1812 el parlamento le concedió 5.000 libras. Con la ayuda de este dinero, Crompton inició un negocio como blanqueador y luego como comerciante e hilandero de algodón, pero sin éxito. En 1824, algunos amigos y miembros (entre los que se encontraban Isaac y Benjamin Dobson, Benjamin Hick, John Kennedy y Peter Rothwell) del Club de la «fiscalía» de Bolton, le compraron una renta vitalicia de 63 libras sin que él lo supiera.
Crompton murió en su casa de King Street, Bolton, el 26 de junio de 1827, y fue enterrado en la iglesia parroquial de San Pedro.