Sanidad alimentaria

Conservas caducadas: ¿Tirar o comer?

Por: Dr. David Friedman

A todos nos ha pasado: estás en la despensa de tu cocina y te encuentras con algo que olvidaste que habías comprado. Entonces miras la parte superior de la lata y descubres que la fecha de caducidad ha llegado y ha pasado. ¿Y ahora qué? ¿Asumes que el alimento se volvió venenoso por arte de magia ese día y lo descartas? En realidad, los alimentos enlatados pueden seguir siendo comestibles mucho después de la fecha de caducidad sugerida por el fabricante.

Me da vergüenza admitirlo, pero fui uno de los millones de personas que almacenaron latas de comida en 1999, en preparación para el «efecto 2000 -¡el fin del mundo!». Esta predicción del efecto 2000 se basaba en el hecho de que los ordenadores no habían tenido en cuenta el nuevo año de cuatro dígitos «2000», y sólo leían los años de dos dígitos como «99», que significaba 1999. Para prepararse para este apocalipsis, muchos estadounidenses compraron alimentos enlatados, comida deshidratada y jarras de agua para un año. Yo mismo me incluí. Recuerdo haber visto caer la bola en Time’s Square, y luego llegó la cuenta atrás del día del juicio final: 5-4-3-2-1… ¡Feliz Año Nuevo! Para mi sorpresa, la electricidad seguía funcionando. Mi teléfono y mi ordenador seguían funcionando. No escuché disturbios ni disparos en mi barrio como habían predicho los medios de comunicación. No hubo Armagedón. ¡Pero sí tenía una reserva de comida enlatada!

Después de diez años, en 2010, descubrí una lata de judías verdes de mi reserva del efecto 2000 en el fondo de la estantería del armario. Estaba a punto de tirarla a la basura, pero me picó la curiosidad y decidí abrir la lata para ver lo podrida que estaba la comida. Para mi total incredulidad, las judías verdes tenían un aspecto estupendo y olían normalmente. Una década después de la fecha de caducidad, ¿cómo podía ser? Contemplé esta cápsula del tiempo de las judías verdes y reflexioné sobre mi siguiente paso. ¿Debo probarlas? Uno de los mayores mecanismos de protección que tenemos los humanos es nuestro agudo sentido del olfato. Cuando olemos la comida, nuestro sistema olfativo se comunica con el cerebro para averiguar si está bien comerla. Ahora tenía ganas de comer judías verdes y decidí dar el paso. Después de cocinarlas, probé un pequeño bocado de una judía verde de diez años y… ¡estaba realmente buena!

La gran mayoría de las etiquetas con la fecha de los alimentos, incluyendo «fecha de caducidad», «fecha de caducidad» y «fecha de consumo preferente», son sugerencias de los fabricantes de alimentos para conseguir la máxima frescura y sabor, más que indicadores de seguridad alimentaria o problemas de salud. Estas fechas de caducidad engañosas son una de las principales causas de desperdicio de alimentos en todo el mundo, ya que se tiran alimentos perfectamente comestibles debido a la inseguridad alimentaria. Los estadounidenses tiran aproximadamente 165.000 millones de dólares en alimentos cada año, y para la familia media estadounidense, eso puede suponer hasta 2.200 dólares por hogar, según un estudio del Consejo de Defensa de los Recursos Naturales (NRDC). Un factor clave para la vida útil no es la fecha de caducidad de la lata, sino el método de almacenamiento de los alimentos. Por ejemplo, las latas almacenadas en un lugar fresco en lugar de estar en los estantes de su garaje caliente se mantendrán frescas durante más tiempo.

Así que la pregunta sigue siendo, ¿cuánto tiempo después de la fecha de caducidad los alimentos enlatados todavía están bien para comer? ¿Un año, cinco años, diez años? En realidad, ha habido casos en los que los alimentos enlatados han sobrevivido cien años sin ningún tipo de crecimiento microbiano. En 1865, el barco de vapor Bertrand se hundió en el fondo del río Misuri. Fue encontrado en 1968 (más de un siglo después). Entre los objetos que se sacaron de los restos había varias latas de comida, melocotones en conserva, ostras, tomates de ciruela, miel y verduras mixtas. En 1974, los químicos de la Asociación Nacional de Procesadores de Alimentos (NFPA) analizaron los productos en busca de contaminación bacteriana y valor nutritivo. Aunque los alimentos habían perdido la mayor parte de su olor y aspecto frescos, los químicos de la NFPA no detectaron ningún crecimiento microbiano y determinaron que los alimentos eran tan seguros de consumir como lo habían sido cuando se enlataron más de 100 años antes.

La regla general es que puede consumir la mayoría de los alimentos enlatados de 1 a 6 años después de la fecha de caducidad si se conservan en un lugar fresco y oscuro y las latas están en buen estado. Sin embargo, no se deje guiar por el calendario. Hay cuatro reglas básicas que debes seguir antes de sumergirte en esa lata de SpaghettiOs que caducó allá por 2010.

1. Inspecciona la lata. Si la lata está dañada u oxidada, aumenta el riesgo de que el alimento esté contaminado. Si la lata está abultada o pierde líquido, tírala inmediatamente. En el caso de alimentos como aceitunas, encurtidos, condimentos o frutas en conserva, observe la calidad del aceite, el jarabe o la salmuera. Puede haber un problema si el líquido parece turbio u opaco o si el nivel de líquido ha bajado considerablemente.

2. Abra la lata. Si hasta aquí todo es correcto, adelante, abra la lata. Si al abrirla hace un sonido sibilante y/o sale líquido a borbotones de la lata, deséchela. En la inspección visual, lo primero que hay que observar es el color del alimento. Un pequeño cambio de color con el paso del tiempo es normal, pero una gran alteración del color o la falta de éste es señal de un problema. Si ves algo de moho, tira el contenido a la basura.

3. Huela la comida. Si los pasos anteriores van bien, huela bien la comida. ¡No hay mejor juez para saber si la comida está podrida que la prueba olfativa! Debe oler a fresco sin ningún tipo de olor inusual o desagradable.

4. Pruébalo. Por último, puedes dar a probar la comida. Ten en cuenta que el almacenamiento a largo plazo puede afectar al sabor de algunos alimentos, sobre todo si estaba endulzado.

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