De los escritos del reverendo Billy Graham
Por ejemplo, cuando crecí me enseñaron que mentir era malo, inaceptable y que me llevaría a la destrucción. Hoy parece que nuestra cultura acepta las mentiras y no hay necesidad de vergüenza o culpa. A qué se debe esto? – B.L.
A: A medida que el pecado ha progresado y ha cobrado fuerza, la humanidad parece haber perdido la capacidad de escandalizarse. Comportamientos que antes se consideraban abominables ahora son aceptables. Hay muchos nuevos pecadores hoy en día, pero no hay nuevos pecados, sólo los viejos vestidos con diferentes trapos.
Satanás es el padre de la mentira (Juan 8:44) y ha estado mintiendo desde el principio. Él estuvo detrás de cada una de las principales crisis de fe y obediencia a lo largo de los siglos. Y sigue engañando a los hombres y mujeres crédulos de todas las épocas.
Un viejo clérigo escocés decía que el diablo tiene dos mentiras que utiliza en dos etapas diferentes. Antes de cometer un pecado, nos dice que un pequeño pecado no importa: «nadie lo sabrá». La segunda mentira es que después de haber pecado nos dice que no tenemos remedio.
La verdad es que todos hemos caído, individual y colectivamente, y Dios no lo considera un asunto insignificante. El juicio pende sobre toda la raza humana a causa de la rebelión y la desobediencia.
La Palabra de Dios dice: «El pecado entró en el mundo por un solo hombre, y la muerte por el pecado, y así la muerte llegó a todos los hombres, porque todos pecaron» (Romanos 5:12, NVI).
La Buena Noticia es que gracias a que Jesucristo vino y murió en la cruz y resucitó, no estamos en una situación desesperada. Podemos reconciliarnos con Dios y volver a tener una relación correcta con Él aceptando su provisión para el pecado: Su Hijo, Jesucristo.
Es importante conocer la verdad de Dios expuesta en las Escrituras para que podamos discernir con confianza entre Su verdad y las mentiras de Satanás.
(Esta columna está basada en las palabras y escritos del difunto reverendo Billy Graham.)