Septicemia

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¿Qué es la septicemia?

La septicemia es la complicación de una infección. La septicemia es una urgencia médica que requiere tratamiento inmediato. Cuando el cuerpo contrae un infección, su sistema inmunitario la combate. Una septicemia ocurre cuando el sistema inmunitario se descontrola y ataca a sus propios órganos y tejidos. Esto puede ocurrir cuando se combate cualquier tipo de infección.

La septicemia puede dañar los riñones, los pulmones, el cerebro y el corazón, y hasta puede llegar a causar la muerte. Conociendo los signos de la septicemia, los padres pueden hacer que sus hijos reciban atención médica lo antes posible, lo que puede ser de gran ayuda en el tratamiento.

Principales cosas a saber sobre la septicemia:

  • La septicemia es una urgencia médica que necesita un tratamiento médico rápido.
  • La septicemia ocurre cuando el sistema inmunitario va a toda marcha mientras está combatiendo una infección y daña al propio cuerpo del paciente.
  • Proteja a su hijo de la septicemia haciendo cuanto pueda para prevenir las infecciones:
    • vacune a su hijo
    • lávense las manos a conciencia y con frecuencia
    • limpie y cure bien los cortes y rasguños que se haga su hijo
  • Si su hijo contrae una enfermedad y no está mejorando, llame a su médico o haga que reciba atención médica. Si a su hijo le recetan antibióticos, dele todas las dosis exactamente como les haya indicado su médico.
  • Fíese de sus instintos y defienda a su hijo. Usted conoce a su hijo mejor que nadie. Si su hijo parece más enfermo de lo habitual o tiene una infección que no mejora o que empeora, llame a su médico u obtenga atención médica de inmediato. Pregúntele al médico: «¿podría tratarse de una septicemia?»

¿Cuáles son los signos y los síntomas de la septicemia?

La septicemia puede ser muy difícil de identificar. Muchos de sus signos son frecuentes en muchas enfermedades ordinarias de la infancia. Pero confíe en sus instintos. Si su hijo parece más enfermo de lo habitual o hay algo que sencillamente no le parece normal, llame al médico o haga que su hijo reciba atención médica urgente de inmediato.

Presentar unos de los siguientes signos de forma aislada no significa que su hijo tenga una septicemia. Pero, cuando unos pocos de estos signos ocurren conjuntamente, es una pista de una posible septicemia:

  • fiebre, tiriteras o una temperatura corporal muy baja
  • respiración rápida
  • frecuencia cardíaca acelerada, sobre todo en ausencia de fiebre
  • piel sudorosa o manchada
  • somnolencia excesiva, problemas para despertarse o confusión
  • quejarse de mucho dolor (los bebés y los niños pequeños se pueden limitar a llorar mucho)

Causas de la septicemia

La septicemia empieza con una infección causada por un germen. Las bacterias, los virus, los hongos y los parásitos pueden causar una septicemia.

Cuando el cuerpo contrae una infección, fabrica una serie de sustancias químicas para poderla combatir. Por lo general, esas sustancias químicas permanecen en el lugar donde ocurre la infección. Pero, en una septicemia, esas sustancias químicas entran en el torrente sanguíneo y se extienden por todo el cuerpo, lesionando órganos del paciente.

¿Quién puede desarrollar una septicemia?

La septicemia puede afectar a personas de todas las edades. Es más frecuente en aquellas personas que tienen más probabilidades de contraer infecciones en primer lugar, como:

  • los bebés de menos de tres meses de edad; este tipo de septicemia se llama septicemia neonatal
  • los adultos de 65 años en adelante
  • personas con problemas se salud de tipo crónico
  • personas que hace poco que se han operado
  • personas cuyos sistemas inmunitarios están debilitados por afecciones como el VIH o el cáncer

¿Cómo se diagnostica la septicemia?

No hay ninguna prueba específica que pueda indicar con seguridad que un paciente tenga esta afección. Los equipos médicos reúnen e identifican ciertos elementos clave del historial médico del paciente, sus síntomas y los datos de su exploración física, y le hacen pruebas para poder hacer un diagnóstico de septicemia.

Entre las pruebas que se pueden hacer, se incluyen las siguientes:

  • pruebas de laboratorio, como análisis de sangre y/o análisis de orina (pis)
  • pruebas de radiología, como radiografías, una ecografía o una tomografía computada (TC)

Estas pruebas pueden permitir detectar la infección que podría estar causando la septicemia y evaluar las lesiones en los órganos.

¿Cómo se trata la septicemia?

La septicemia se trata en un hospital, donde los médicos pueden observar atentamente al paciente. Algunos niños deben estar en la unidad de cuidados intensivos pediátricos (UCIP) para recibir tratamiento y una atenta supervisión.

Los monitores, como un monitor cardiorrespiratorio y un oxímetro de pulso, se usan para supervisar el funcionamiento del corazón y la respiración. Los médicos también estarán pendientes de la tensión arterial del niño. A veces, un monitor especial, llamado línea arterial, mide la tensión arterial constantemente desde el interior de las arterias.

Los antibióticos para combatir la infección se administran por una vía intravenosa (VI), es decir, a través de un tubito que se introduce dentro de una vena. Los médicos suelen iniciar el tratamiento antibiótico de inmediato, incluso antes de que haber corroborado el diagnóstico de septicemia.

En caso necesario, los niños también reciben líquidos por VI y/o unos medicamentos para controlar la tensión arterial, llamados vasopresores, a fin de que su corazón siga funcionando bien. Algunos niños con septicemia pueden necesitar sangre adicional o algunas partes de la sangre a través de una VI. Esto recibe el nombre de transfusión, y puede ayudar a la sangre a formar coágulos o a trasportar el oxígeno mejor.

A veces, el niño necesita una VI especial llamada vía central. Esta VI de mayor tamaño entra en una vena grande que puede trasportar los medicamentos y los líquidos necesarios más deprisa.

Los niños con septicemia es posible que necesiten ayuda respiratoria. En estos casos, es posible que los médicos les administren oxígeno o que les pongan un tubo respiratorio y usen un ventilador (una máquina que ayuda a respirar). Si el corazón y los pulmones están demasiado lesionados como para repartir suficiente oxígeno por el cuerpo, el equipo médico puede usar un tratamiento llamado ECMO, donde una máquina desempeña las funciones del corazón y de los pulmones para que el cuerpo se pueda curar.

Los niños con septicemia pueden tener daño renal y dejar de fabricar orina (pis). Los médicos usan la diálisis para limpiar la sangre cuando los riñones del niño no pueden desempeñar su función.

¿Qué más debería saber?

No siempre es posible prevenir la septicemia. Pero el hecho de prevenir las infecciones puede reducir las probabilidades de desarrollar esta afección.

Aquí encontrará cuatro formas de ayudar a su hijo a protegerse de las infecciones:

  1. Póngale las vacunas recomendadas siguiendo el calendario de vacunación. Las vacunas ordinarias ayudan a impedir que las bacterias y los virus causen infecciones que podrían desembocar en una septicemia.
  2. Anime a su hijo a lavarse las manos con regularidad.
  3. Límpiele bien cualquier corte o rasguño. Revíselos atentamente para asegurarse de que se están curando según lo esperado.
  4. Si su hijo tiene algún dispositivo médico (como un catéter o una línea IV de uso prolongado), siga las indicaciones de su médico para usarlo y para limpiarlo.

Si su hijo ha contraído una enfermedad y no está mejorando, llame a su médico o haga que reciba atención médica. Si a su hijo le recetan antibióticos, dele todas las dosis exactamente como se lo haya indicado su médico.

Lo más importante de todo: si su hijo parece más enfermo de lo normal o le están tratando una infección que no mejora o que empeora, fíese de sus instintos y llame a su médico o haga que reciba atención médica de inmediato. Pregúntele al médico: «¿podría tratarse de una septicemia?»

Revisado por: Hannah R. Stinson, MD
Fecha de revisión: agosto de 2018

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