Tratamiento de la osteoartritis cervical

Las opciones de tratamiento de la osteoartritis cervical suelen depender de la gravedad de los síntomas y de la frecuencia con la que perturban la vida diaria. La mayoría de las veces, las opciones de tratamiento no quirúrgico serán suficientes para controlar la artrosis cervical. En los casos en los que el dolor empeora y los diversos métodos de tratamiento han resultado ineficaces durante un período de 6 a 12 semanas, se puede considerar la cirugía como último recurso.

Ver Tratamiento para el dolor de cuello

La discectomía cervical anterior con fusión ayuda a aliviar la presión de la raíz nerviosa en el cuello.
Ver: Video de discectomía cervical anterior y fusión (ACDF)

Opciones de tratamiento no quirúrgico

Si los síntomas de la artrosis cervical son leves, los tratamientos comunes incluirán uno o más de los siguientes:

  • Descansar cuando los síntomas se agudizan. A veces, limitar los movimientos del cuello durante un rato, como una tarde o un día, es suficiente para que la inflamación vuelva a bajar y el dolor se disipe.
  • Terapia de frío y/o calor. Algunas personas prefieren una compresa fría, especialmente después de una actividad que provoque dolor, para minimizar la inflamación. Otros pacientes prefieren el calor, como una almohadilla térmica o una envoltura térmica; o el calor húmedo, como una envoltura térmica húmeda para el cuello o un baño o ducha caliente.

    Ver Terapia de calor Terapia de frío

  • Medicamentos de venta libre. Los antiinflamatorios no esteroideos (AINE), como el ibuprofeno (por ejemplo, Advil), el naproxeno (por ejemplo, Aleve) o los inhibidores de la COX-2 (por ejemplo, Celebrex) pueden ayudar a aliviar el dolor de la inflamación que suele acompañar a la artritis. El paracetamol (por ejemplo, Tylenol) es otro analgésico de venta libre que podría ayudar.

    Ver Medicamentos para el dolor de espalda y el dolor de cuello

  • Estilo de vida activo. El ejercicio moderado es bueno para las articulaciones, incluyendo las articulaciones facetarias del cuello. Aunque el descanso es a veces necesario durante un brote doloroso, la incorporación de más movimiento en una rutina diaria a menudo reduce el dolor a largo plazo de la osteoartritis cervical. Por ejemplo, comprometerse con un régimen de caminatas podría ser una buena manera de aumentar la actividad diaria y aumentar naturalmente las endorfinas que nos hacen sentir bien.

    Véase Ejercicios para el dolor de cuello

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    Si los síntomas de la artrosis cervical son más moderados y persistentes, otras opciones de tratamiento podrían incluir:

    • Modificación de la actividad. A veces, limitar o eliminar ciertas actividades puede evitar lo peor de los brotes. Por ejemplo, una persona puede descubrir que una brazada de natación específica tuerce el cuello de una manera que causa más dolor que otras brazadas de natación. En ese caso, la brazada problemática debería limitarse o evitarse por completo en el futuro. Cada persona es diferente en cuanto a qué actividades pueden ser más problemáticas para desencadenar los síntomas de la artrosis cervical.
    • Fisioterapia. Un fisioterapeuta u otro profesional médico puede crear un programa de ejercicios y estiramientos dirigido a las necesidades específicas del paciente. Cuando los músculos del cuello se fortalecen y se vuelven más flexibles, es menos probable que sufran espasmos y causen dolor.

      Ver Fisioterapia para el alivio del dolor de cuello

    • Medicamentos recetados. Un médico puede recetar opioides, también llamados narcóticos, que bloquean los receptores del dolor en el cerebro. Otra opción podrían ser los relajantes musculares de prescripción, que reducen los espasmos musculares dolorosos en el cuello y los músculos circundantes. Los analgésicos recetados tienden a ser una solución a corto plazo y no se recomiendan de forma continuada.

      Ver medicamentos opiáceos para el dolor

    • Ablación por radiofrecuencia (ARF). Un procedimiento de RFA mínimamente invasivo administra calor desde la punta de una aguja para crear lesiones en los pequeños nervios que se alimentan de la articulación facetaria. Este procedimiento impide que estos nervios envíen señales de dolor al cerebro. Aunque la ARF es capaz de proporcionar un alivio más duradero que el bloqueo de la rama medial del nervio o la inyección en la articulación facetaria, sigue siendo una solución temporal porque los nervios probablemente se regenerarán en uno o dos años. La ARF no suele probarse hasta que un bloqueo del nervio de la rama medial y/o una inyección de la articulación facetaria han tenido éxito en el paciente y, por tanto, han identificado la articulación facetaria como la causa probable del dolor.

      Ver Ablación por radiofrecuencia (ARF): Procedimiento y recuperación

    Esta no es una lista completa de opciones de tratamiento. Existen muchas otras, como la manipulación manual y el masaje. La mayoría de las personas con osteoartritis cervical encontrarán alivio y controlarán los síntomas combinando múltiples tipos de tratamiento.

    Ver Técnicas Quiroprácticas Suaves para el Dolor de Cuello

    Opciones de Tratamiento Quirúrgico

    Si bien la osteoartritis cervical tiende a ser crónica, los síntomas rara vez progresan lo suficiente como para requerir cirugía. Para los pacientes con síntomas graves que están impidiendo su capacidad de funcionamiento, como el entumecimiento o la debilidad que baja hasta el brazo o la mano, la cirugía puede ser una opción.

    Ver Cirugía para el Dolor de Cuello

    Dos opciones comunes de tratamiento quirúrgico incluyen:

    • Discectomía cervical anterior y fusión (ACDF). Un cirujano se acerca a través de la parte delantera del cuello y extrae el disco en el nivel vertebral donde los cambios degenerativos están causando síntomas graves. A continuación, el disco se sustituye por un espaciador que mantiene una altura suficiente para que las raíces nerviosas cervicales pasen sin obstáculos, y el nivel vertebral se fusiona para que no se produzca más movimiento (ni degeneración).

      Ver ACDF: Discectomía cervical anterior y fusión

    • Laminectomía cervical posterior. Un cirujano aborda la columna cervical desde la parte posterior del cuello y retira la parte posterior de la vértebra (lámina y apófisis espinosa) para dar más espacio y descomprimir la médula espinal. Si la estabilidad de la columna vertebral es motivo de preocupación, la laminectomía puede combinarse con una fusión espinal.

      Ver Laminectomía cervical posterior

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    Aunque la cirugía del cuello es en general un procedimiento seguro, todas las cirugías conllevan riesgos. El paciente y el médico deberán discutir los posibles beneficios y riesgos antes de tomar una decisión final sobre la cirugía.

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