Por fin has recortado unos preciosos metros cuadrados para hacer sitio a la más sagrada de las adiciones domésticas: el bar de casa. Pero para preparar bebidas de primera calidad en zapatillas se necesita algo más que buenas intenciones. Hay que comprar botellas, herramientas para agonizar y técnicas que dominar. Síganos mientras le ayudamos a navegar por los fundamentos de su bar casero.
¿Quieres agitar las cosas? Entonces necesitas una cuchara. Pero no vale cualquiera. Una cuchara de bar adecuada es lo suficientemente alta para una copa de cóctel, a menudo con un mango retorcido que hace que los movimientos circulares sean suaves y firmes. Puede estar adornada con un tope decorativo, un tenedor o un disco con el que mover o mezclar los ingredientes, y el cuenco puede utilizarse para romper el hielo o medir la cantidad adecuada de amargos, jarabes o licores.
La historia de fondo
Las cucharas como utensilios para comer se remontan al antiguo Egipto, cuando se fabricaban con madera, sílex, pizarra y marfil. Pero la cuchara de bar que conocemos hoy tiene su origen en Europa. La cuchara de bar, que tiene una cuchara en un extremo y un tenedor de dos puntas en el otro, era el utensilio preferido en Alemania para comer postres afrutados. Emigró a Gran Bretaña y, a mediados del siglo XIX, los camareros se dieron cuenta de que la gente podía remover sus Cobblers y comer la fruta que contenían con un solo utensilio. Por otra parte, la cuchara mazagrana, que ostenta un mango retorcido y un embarrado en el extremo opuesto, se utilizaba por la misma época en Francia para remover y triturar los terrones de azúcar de la bebida de café del mismo nombre.
Hoy en día existen tres estilos básicos. La cuchara de bar americana tiene un mango retorcido y, por lo general, una tapa de plástico en el extremo, la cuchara de bar europea tiene un muddler/triturador plano, y la cuchara de bar japonesa es más pesada con una forma de lágrima ponderada frente al cuenco. Entonces, ¿cuál deberías comprar?