Aunque no hay una única forma correcta de criar a los hijos, los investigadores llevan años estudiando los diferentes estilos de crianza y los efectos que tienen en los niños. Muchos de ellos fueron estudiados y descritos por primera vez por la psicóloga Diana Baumrind, que observó a niños en edad preescolar y descubrió que había tres tipos de padres: autoritativos, autoritarios y permisivos. (Se añadió un cuarto estilo, la crianza negligente, para tratar a los padres muy poco implicados, que no tratamos a continuación). Desde entonces, sin embargo, han surgido otros estilos de crianza que han desarrollado un seguimiento masivo. La crianza con apego, que comienza desde el nacimiento, y la crianza en libertad, para los niños mayores, tienen seguidores devotos, a pesar de que sus enfoques pueden parecer a primera vista opuestos. Aquí puedes ver los atributos de cada estilo y ver cuál te describe mejor.
- Paternidad autorizada: Un estilo muy implicado que tiene grandes resultados para los niños.
- Paternidad permisiva: Mantenerse al margen de los niños no les ayuda a resolver las cosas por sí mismos.
- Paternidad autoritaria: Las reglas estrictas son difíciles de seguir si no se ofrece ninguna orientación.
- La crianza con apego: La cercanía fomenta una fuerte conexión familiar.
- Paternidad libre: Fomentar la independencia, siempre que se cumpla la ley.
Paternidad autorizada: Un estilo muy implicado que tiene grandes resultados para los niños.
- Estos padres establecen normas elevadas para sus hijos, pero también les dan mucha orientación para ayudarles a alcanzar esas normas.
- Es probable que los padres utilicen técnicas como la disciplina positiva en lugar de normas estrictas, como las de «yo» o «yo».
- Los estudios demuestran que los niños criados de esta manera suelen tener buenos resultados sociales y académicos.
- Los padres permisivos no hacen cumplir las normas a sus hijos. Los padres permisivos estereotipados son los que se ven a sí mismos como amigos de sus hijos, y no como una figura de autoridad.
- Los hijos de padres permisivos tienen más probabilidades de obtener malos resultados en la escuela, y también hay malas consecuencias sociales y emocionales.
- Los padres permisivos no son lo mismo que los padres negligentes. Los padres permisivos siguen siendo cariñosos y responden a las necesidades de sus hijos. Los padres negligentes tampoco proporcionan ninguna estructura o reglas, pero tampoco se involucran totalmente en otros aspectos de la vida del niño. Los padres permisivos se implican, pero no de forma tradicional.
- Al igual que la crianza autoritaria, los padres autoritarios tienen altas expectativas, pero los padres autoritarios son menos cariñosos.
- Los padres autoritarios también son más propensos a recurrir a castigos severos.
- Los estudios muestran que la crianza autoritaria puede conducir a problemas de comportamiento.
- Prepararse para el embarazo, el parto y la paternidad
- Alimentar con amor y respeto
- Responder con sensibilidad (especialmente cuando un padre o una madre escucha el llanto del bebé)
- Utilizar el tacto y el contacto físico enriquecedor (incluido el hecho de llevar al bebé)
- Asegurar un sueño seguro, física y emocionalmente
- Proporcionar amor y cuidados constantes
- Practicar una disciplina positiva
- Esforzarse por lograr un equilibrio entre la vida personal y familiar
- La crianza de rango libre alienta a los niños a ser independientes al permitirles tener mayor autonomía y menos supervisión en otras áreas de la vida.
- Es diferente de la crianza permisiva, porque las reglas y las expectativas se siguen aplicando en general.
- Los padres libres tienen que conocer las leyes que rigen su estado.
Paternidad permisiva: Mantenerse al margen de los niños no les ayuda a resolver las cosas por sí mismos.
«A los padres permisivos les cuesta establecer límites con sus hijos», dice la doctora Laura Markham, autora de Peaceful Parent, Happy Kids. «Por lo tanto, los padres son más propensos a ignorar el mal comportamiento y a ‘ceder’ en contra de su buen juicio cuando su hijo se enfada. El resultado es que no establecen ni hacen cumplir las expectativas de comportamiento adecuadas para su edad.» Puede parecer que este tipo de estilo de crianza podría fomentar la independencia, ya que es probable que los niños tengan que aprender por sí mismos sin la orientación de sus padres. Pero los estudios demuestran lo contrario, y los hijos de padres permisivos son más propensos a mostrar signos de ansiedad y depresión, a ser agresivos, a tener malas habilidades sociales y a tener un mal rendimiento escolar.
Los padres permisivos siguen siendo cálidos y cariñosos con sus hijos. Los padres negligentes eluden las normas, pero también se desinteresan por la vida de sus hijos. El resultado para estos niños suele ser muy malo. Los niños «interiorizan el dolor y la soledad», informa Psychology Today. «Los adultos que fueron descuidados pueden tener síntomas de trastorno de estrés postraumático y traumas importantes que resolver. Si hubo una falta de apego emocional en la infancia, esto también afecta a las relaciones más adelante en la vida y puede hacer que sea difícil confiar en los demás.»
Paternidad autoritaria: Las reglas estrictas son difíciles de seguir si no se ofrece ninguna orientación.
La crianza con apego: La cercanía fomenta una fuerte conexión familiar.
Attachment Parenting International (API) ha identificado ocho principios, o prácticas de crianza, que cree que ayudarán al niño a desarrollar vínculos seguros entre los niños y sus padres:
No observado por la Dra. Diana Baumrind, este estilo de crianza fue popularizado por Bill Sears, M.D., y su esposa Martha Sears, R.N. El Dr. Sears, que encontró beneficios de un estrecho vínculo entre padres y bebés. Afirman que los bebés de padres con apego lloran menos y tienen menos problemas de comportamiento, lo que les deja más tiempo para crecer, aprender y desarrollarse. Sin embargo, algunos expertos creen que se pueden conseguir los mismos resultados sin adherirse tan estrictamente a los principios de la API. «Un gran número de investigaciones ha demostrado durante muchas décadas que la mayoría de los padres -entre el 70% y el 80% de ellos- forman vínculos seguros con sus hijos, independientemente de factores como la lactancia materna o el porteo», dice la doctora Emily Edlynn.