Entre los hanbalíes, existe un movimiento muy conocido llamado movimiento salafí. Uno de los grupos salafíes más conocidos son los wahabíes, un movimiento que tiene su origen en Arabia Saudí. Los wahabíes se oponen con vehemencia al culto de las tumbas y a muchas de las prácticas populares del islam vinculadas al sufismo y/o a la veneración de determinados místicos y hombres santos (a menudo denominados walis en árabe). Según la teología islámica de Hanbal, estas prácticas se consideran una forma de adoración de ídolos, definida como una asociación de seres humanos mortales con Dios. Esto está fundamentalmente en contradicción con uno de los principales principios del Islam: el monoteísmo, o tawhῑd.
Salaf significa antepasados, y los salafíes, o seguidores del Salaf, creen que las prácticas espirituales y temporales de los primeros musulmanes y compañeros del profeta proporcionan una guía completa para la vida y el gobierno actuales. Los intelectuales musulmanes del siglo XIX y principios del XX, que lidiaban con la perspectiva de la modernización y la occidentalización, vieron mucho potencial en este enfoque debido a los principios universales contenidos en el Corán, las palabras del profeta y la forma en que él y sus compañeros se conducían. El ideal era que encontraran la manera de adoptar la tecnología y las instituciones occidentales, aplicando al mismo tiempo los conceptos islámicos en su adopción. Sin embargo, a medida que el movimiento avanzaba, se convirtió en un movimiento más fundamentalista, y actualmente se oye hablar de los salafíes en las noticias principalmente en relación con la radicalización.