Cultivar chayotes: Entierra una fruta y consigue una planta épica

«Tengo que evitar que pase por encima de la pared del vecino», dice.

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El chayote es una variedad cubana — cultivada a partir de una sola fruta que compró en un mercado y que plantó cuando empezó a salir un brote de un extremo. Una planta puede producir entre 60 y 80 frutos del tamaño de una palma; cubiertos en plástico y refrigerados, pueden conservarse durante un mes o más.

El chayote es el Zelig de los comestibles. Su sabor sutil -casi indiscernible- y su carne crujiente y firme (como una castaña de agua) lo convierten en un alimento de relleno ideal, adaptable al sabor de otros ingredientes. La planta se originó en el sur de México y fue un alimento básico de los aztecas, y desde entonces se ha convertido en una calabaza imprescindible en todo el mundo, utilizada en chutneys indios, salteados vietnamitas, quiches franceses y pasteles de Nueva Orleans. La leyenda urbana australiana de que McDonald’s utilizaba el chayote como sustituto barato de las Granny Smiths en las tartas de manzana calientes era tan persistente que, según informó el Telegraph de Sydney, la cadena de comida rápida creó un sitio web para contrarrestar la afirmación.

Todas las partes del chayote (Sechium edule) son comestibles, desde la raíz hasta las tiernas puntas de las vides. Pero hay que tener cuidado. Esta planta perenne de rápido crecimiento y amante del sol puede apoderarse del jardín, engullendo cenadores, vallas, cobertizos y peluches gigantes (véase la foto del jardín comunitario de Rosewood). Las plantas de chayote crecen bien con la fruta de la pasión, otra enredadera gloriosamente invasiva.

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Si quiere empezar una planta de chayote comprado en la tienda, busque uno más viejo con una piel dura. Deje la fruta en la encimera hasta que surja un brote. Cuando este brote mida unos 15 centímetros, entierra la fruta en un suelo arenoso y bien drenado en un ángulo de 45 grados, con el extremo gordo hacia abajo y el brote expuesto. The roots are shallow, and the plant does best growing in a weed-free, well-mulched space, ideally at least 6 feet in diameter, slightly raised on a mound to avoid root rot.

Make sure a trellis or some other structure will provide support once the plant begins to climb. When the season is done, Fuentes cuts his back almost to the ground, leaving short stalks to winter over.

And remember: You only need one plant.

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